La educación se centra en el respeto a los derechos y libertades fundamentales, la igualdad de derechos y oportunidades para hombres y mujeres, la igualdad de trato y no discriminación de personas con discapacidad
Aquellos alumnos con necesidades educativas especiales no pueden progresar al mismo ritmo que sus compañeros, ni se deben realizar comparaciones con grupos de alumnos escolarizados en las escuelas de educación especial.
La práctica del Goalball constituye un recurso adecuado para la promoción de la inclusión social, así como un espacio para desarrollar competencias y valores que todas las sociedades necesitan hoy en día para superar desigualdades, hacer frente a la discriminación y fomentar la igualdad de oportunidades (Bokova, 2014, p.73). Es una ocasión para concienciar sobre las dificultades que afrontan las personas con discapacidad visual para promover actitudes positivas basadas en el respeto a la diversidad. A través de su práctica, cualquiera puede experimentar estas limitaciones.
Palabras clave:
Necesidades educativas especiales, inclusión, Goadball.
Education focuses on respect for fundamental rights and freedoms, equal rights and opportunities for men and women, equal treatment, and non-discrimination of people with disabilities.
Pupils with special educational needs cannot progress at the same rate as their peers, nor should comparisons be made with groups of pupils enrolled in special education schools.
The practice of Goalball constitutes an appropriate resource for the promotion of social inclusion, as well as a space to develop skills and values that all societies need today to overcome inequalities, confront discrimination and promote equal opportunities (Bokova, 2014, p.73). It is an occasion to raise awareness about the difficulties faced by people with visual disabilities to promote positive attitudes based on respect for diversity. Through their practice, anyone can experience these limitations.
Keywords:
Special educational needs, inclusion, Goadball.
En 1985, el Ministerio de Educación español introdujo un extenso proyecto de ocho años para promover la integración de estudiantes con necesidades especiales en las escuelas regulares. Durante estos años y los siguientes, se han producido algunos cambios especialmente importantes en todo el sistema educativo, entre los que destacan: la ampliación de la enseñanza obligatoria de carácter integral hasta los 16 años, lo que ha supuesto ampliar la integración en la nueva etapa de la educación secundaria obligatoria; una mayor presencia de alumnos con dificultades de aprendizaje o dificultades de adaptación escolar, en esta etapa educativa; y la creciente incorporación de alumnos inmigrantes en las escuelas, lo que también ha supuesto nuevos retos en el mundo de la enseñanza (Tolmo & Cáceres, 2020).
En la actualidad existe el compromiso de que la mayoría del alumnado con necesidades educativas especiales se integren desde los primeros meses de vida hasta la finalización de la educación escolar obligatoria, en las tres etapas que componen el sistema educativo español: 0-6, infantil educación; 6–12, educación primaria; y de 12 a 16 años, educación secundaria obligatoria. Después de esto, pueden continuar siendo escolarizados junto con sus pares en las etapas posteriores no estatutarias, dependiendo de sus capacidades de aprendizaje (Martínez, 2021).
Así, han pasado casi 20 años desde que el Ministerio de Educación presentó el plan de integración escolar, y parece necesario examinar qué está pasando actualmente en cuanto a la adopción de iniciativas que ayuden a corregir posibles desajustes entre los objetivos deseados y la realidad educativa. El problema inicial, sin embargo, es que no es una tarea sencilla realizar una evaluación rigurosa de un problema que ya forma parte del funcionamiento normal de la gran mayoría de las escuelas. En cierto modo, evaluar la integración significa evaluar el sistema educativo en su conjunto. Además, debido a las especiales dificultades que implica, junto con el tiempo y los costes necesarios, existe el riesgo de que cualquier evaluación realizada sea insustancial o que se realicen comparaciones inapropiadas entre los alumnos.
Aquellos alumnos con necesidades educativas especiales no pueden progresar al mismo ritmo que sus compañeros, ni se deben realizar comparaciones directas con grupos de alumnos escolarizados en las escuelas de educación especial.
Una evaluación rigurosa de un programa educativo requiere el establecimiento de varios niveles de análisis y confirmación de las relaciones entre ellos, incluyendo el contexto social y familiar, los procesos escolares, las actividades del docente en el aula, los resultados obtenidos y la evaluación del personal y los orientadores. involucrado.
En general, sin embargo, los estudios sobre cómo funciona la integración escolar han sido más limitados y se han centrado en un solo nivel o un indicador específico como la organización de la escuela, las actitudes de los docentes, los resultados de los estudiantes en una dimensión educativa y la evaluación de los padres o docentes sobre cómo funciona la integración escolar. En la mayoría de los estudios los datos recogidos han sido cuantitativos; en estudios más recientes han sido cualitativos, utilizando entrevistas u observación.
Las percepciones de los docentes sobre las buenas prácticas o sobre aquellas que se acercan más a su concepción de prácticas inclusivas varían considerablemente de unos contextos a otros y están condicionadas por los diferentes significados del término “educación inclusiva”, que ha sido un tema de gran debate a nivel mundial. Consideramos que la educación inclusiva significa educación en la diversidad, que es una opción ética y pedagógica que implica, en primer lugar, asumir la diversidad considerando a cada persona como un individuo diferente con sus propias peculiaridades y una forma de ser y de vivir; segundo, aceptar la diversidad como valor y siempre desde unos mínimos compartidos; tercero, poner en marcha estrategias pedagógicas que sean capaces de responder a situaciones heterogéneas y promuevan el intercambio de perspectivas como forma de enriquecimiento mutuo.
En España, el Índice de Inclusión ha sido traducido y adaptado al español y lleva por título Guía para la evaluación y mejora de la educación inclusiva. En los trabajos anteriores, ya señalamos cómo el pensamiento pedagógico de los docentes influye en su actividad docente, y cómo sus creencias y percepciones sobre la diversidad de los estudiantes influyen en sus propuestas didácticas y organizativas. En la misma línea, el trabajo que presentamos pretende indagar sobre las percepciones del profesorado sobre los indicadores relacionados con la educación inclusiva en términos de cultura, políticas y prácticas dentro de los centros de educación secundaria obligatoria de una provincia del este de España.
Si bien se han logrado ciertas cosas desde que comenzó la integración escolar en España en 1985, aún falta trabajar en algunas de ellas. La Ley Orgánica de Ordenación General del Sistema Educativo (LOGSE) de 1990 establece la integración de la educación especial en el sistema ordinario e introduce el concepto de “necesidades educativas especiales”. Establece que todas las necesidades educativas deben ser atendidas en el marco de un sistema educativo integral y abierto a la diversidad. Esta Ley también establece que los alumnos con necesidades educativas especiales deben asistir a los establecimientos y programas ordinarios, adaptando dichos programas a las capacidades individuales de cada alumno. Para hacer realidad el principio de igualdad en el ejercicio de los derechos a la educación, los poderes públicos llevarán a cabo medidas compensatorias con los alumnos desfavorecidos y proporcionarán los recursos y apoyos necesarios. En la actualidad, la LOE, la Ley Orgánica de Educación de 2006, modifica el ámbito y los objetivos de la educación especial e introduce el concepto de “necesidades específicas de apoyos educativos”.
Hay que tener en cuenta que la educación se centra en lograr el respeto de los derechos y libertades fundamentales, la igualdad de derechos y oportunidades entre hombres y mujeres, así como la igualdad de trato y no discriminación de las personas con discapacidad (Carreres, 2017).
En el contexto español, todo centro de educación obligatoria prevé el desarrollo y funcionamiento de los programas de diversidad curricular, grupos de currículo adaptado, programas compensatorios o cualquier recurso 'extraordinario' o 'específico' que se genere en un centro para atender al alumnado con 'específicas necesidades de apoyos educativos' dentro de su Plan de Atención a la Diversidad. En el contexto español, existe la posibilidad de poner a disposición de estos alumnos recursos o programas alternativos fuera del aula ordinaria (programas específicos).
Sin embargo, aún estamos a grandes distancias para poder tener una inclusión completa de estos alumnos y alumnas dentro de las aulas de educación ordinaria. Todo ello es debido a diferentes factores como las dificultades de los propios alumnos y alumnas, la falta de especialización de los profesores, así como la falta de recursos y medios de aprendizaje que permitan la adaptación del contenido curricular (Intriago-Alarcón & Rodríguez-Zambrano, 2022).
La tarea de la pedagogía es utilizar estrategias de enseñanza innovadoras apoyadas en investigación, tecnologías de aprendizaje y aplicaciones reales. Por tanto, no debemos olvidarnos de los alumnos con dificultades de aprendizaje, independientemente de sus características, pues en la búsqueda de estrategias y métodos motivacionales podemos encontrar un referente para su inclusión en el aprendizaje y la normalización de su diferencia. Con la ayuda de docentes que conocen y aplican nuevos métodos de trabajo, es posible aceptar situaciones que dejan a los estudiantes con diversidad y/o problemas de comprensión lectora y/o auditiva fuera del proceso de aprendizaje en la formación de máster basada en la lectura y la escucha pasiva. Alumnos con TDAH que han desarrollado inteligencia en un dominio frente a la inteligencia tradicional, alumnos con problemas de concentración, etc.
A continuación, se presenta un juego llamado Goalball que permite la práctica del deporte a personas con discapacidad visual, pero dicho juego no sólo va dirigido a ellos. Consiste en que todos participen de él integrando a personas que puedan tener una necesidad educativa especial como es en este caso la ceguera.
La práctica del Goalball en el área de Educación Física constituye un recurso adecuado para la promoción la inclusión social, así como un espacio para desarrollar competencias y valores que todas las sociedades necesitan hoy en día para superar las desigualdades, hacer frente a la discriminación y fomentar la igualdad de oportunidades (Bokova, 2014, p.73).
En una sociedad cada vez más heterogénea y diversa, el Goalball supone una oportunidad para sensibilizar y concienciar sobre las dificultades de las personas con ceguera o deficiencia visual, con el fin de fomentar actitudes positivas y solidarias basadas en el respeto a la diversidad. A través de su práctica cualquiera puede experimentar las limitaciones perceptivas que sufren las personas con discapacidad visual (Blanco Rodríguez, A., & Huguet Mora, D., 2013, p. 124).
El Goalball fue creado en 1946 por el austriaco Hanz Lorenzen y el alemán Sett Reindle, en un esfuerzo por ayudar en la rehabilitación a veteranos de guerra que, debido a conflictos en zonas de combate, padecieron de discapacidad visual. La popularidad y él interés en la práctica del deporte por las personas con discapacidad visual permitió su desarrollo a lo largo de todo el mundo. Es decir, es el único deporte paralímpico que fue creado específicamente para las personas con discapacidad visual. Así, se integró en los Juegos Paralímpicos de Verano, donde la categoría masculina fue incluida desde los Juegos de 1976 en Toronto y la categoría femenina desde los Juegos de Nueva York 1984.
La International Blind Sports Federation (IBSA) fue creada en 1981 por más de 30 países. Es la entidad responsable de organizar los campeonatos mundiales y continentales (Fernández, Campos, K., Luarte, C., & Castelli, L. F., 2021) en los que participan personas con discapacidad visual en territorio nacional e internacional. Asimismo, IBSA Goalball es el organismo rector mundial del deporte responsable de las reglas, el desarrollo, el antidopaje, la promoción y el calendario de competiciones.
Sólo los deportistas con discapacidad visual pueden competir en torneos oficiales de Goalball. Los jugadores son clasificados en tres categorías diferenciadas según sus restos visuales: clase B1 (jugadores considerados ciegos) y clases B2 o B3 (jugadores con baja visión). Actualmente son 94 los países que disputan los principales torneos de la modalidad en la categoría masculina y 58 en la categoría femenina (IBSA, 2020). En competiciones de carácter oficial, los hombres y las mujeres juegan por separado.
El Goalball se considera modalidad de juego colectivo de oposición sin invasión. Los jugadores deben conseguir hacer “gol” por medio de lanzamientos del balón (realizados desde su sector defensivo) mientras que el equipo adversario (situado en su sector defensivo opuesto) intenta evitar que el balón traspase la línea del gol.
El partido se realiza en una cancha de juego de 18 metros de largo y 9 metros de ancho, generalmente en gimnasios cubiertos dado que es importante que haya el menor ruido posible.
(Barbieri, & Papis, O. 2008, p. 96)
A cada lado del campo existen las porterías que abarcan el mismo ancho del campo (9 metros) y 1,30 metros de altura. Cada equipo debe permanecer en su mitad.
(Blanco Rodríguez, A., & Huguet Mora, D., 2013, p. 127)
Los partidos se dividen en dos tiempos de 12 minutos. Cada equipo está formado por tres atletas. Se permiten hasta tres sustituciones a lo largo de un partido.
Para todos los jugadores es obligatorio el uso de una venda o visera, con el objetivo de reducir ventajas a los atletas que presentan un determinado resto visual. De este modo se favorece la igualdad de condiciones y la competición se torna más justa.
El balón tiene un peso de 1,25 kilogramos y, para posibilitar su localización, en su interior dispone de cascabeles que producen sonido cuando la pelota se desplaza en contacto con el suelo. Los jugadores deben escuchar la pelota para poder ubicarla y decidir cómo defender o atacar. Los equipos están compuestos por tres jugadores en la cancha y tres suplentes.
Además, la cancha de Goalball está marcada con líneas en relieve que, al tocarlas, permite a los jugadores ubicarse espacialmente en cualquier momento del partido Para garantizar que los jugadores puedan escuchar todo lo que sucede, situarse en el ambiente y localizar el balón, los espectadores deben permanecer en completo silencio durante el juego.
La pelota debe golpear en la propia zona de aterrizaje de los jugadores o en cualquier lugar de la zona neutral. Mientras golpee estas zonas, el estilo de lanzamiento y la técnica dependen completamente del jugador.
Un gol es un punto y se anota cuando el balón cruza completamente la línea de gol. El equipo con la puntuación más alta al final del tiempo reglamentario es el ganador. Si el tiempo reglamentario resulta en empate, se juegan dos prórrogas de tres minutos, para un gol de oro. Si no se marca ningún gol durante la prórroga, se ejecutan tiros de penalti y tiros de pena de muerte súbita. Si se alcanza una diferencia de goles de diez durante el tiempo reglamentario, se pide una misericordia y el equipo líder es declarado ganador.
El Goalball es un deporte que requiere una gran habilidad física y mental, así como una buena capacidad auditiva y táctil. Además de que su juego resulta emocionante, es un deporte que promueve valores importantes como la inclusión, el trabajo en equipo y la superación personal.
1.1.2. ¿Qué beneficios puede reportar a los destinatarios?
Algunos autores plantean que es necesario considerar en el concepto de Educación Física una orientación pedagógica que procure e intente el desarrollo de las potencialidades humanas y el trabajo en todas las dimensiones de ser humano (Pareja et al., 2003). El objeto de la educación es el perfeccionamiento humano, es ayudar a la persona a extraer lo mejor de su capacidad de autonomía y de relación con los demás. En este caso, se define la Educación Física “como la ciencia y arte de ayudar al individuo en el desarrollo intencional (armonioso, natural y progresivo) de sus facultades de movimiento, y con ellas el resto de sus facultades personales” (Cortes, D. F. G., y Oliva, F. J. C., 2016, p. 253).
La práctica de esta disciplina en las aulas de Educación Primaria, Educación Secundaria Obligatoria y Ciclos Formativos es una experiencia que favorece el desarrollo integral del alumnado, así como la comprensión de la diversidad. De igual forma, se tendrán que brindar actividades de calidad que puedan realizarse en conjunto con niños, jóvenes, y adultos, todos ellos con o sin discapacidad ni distinción de género (Aguilera, J. Á. C., 2017, p. 71). En este sentido, el Goalball es un deporte que ofrece diferentes beneficios, algunos de los cuales se enumeran a continuación:
Asimismo, la práctica del Goalball contribuye a aumentar la conciencia sobre los desafíos que enfrentan las personas con discapacidad visual a través de la aceptación, la confianza, la honestidad, el respeto, la solidaridad y el reconocimiento. Es decir, mejora la comunicación, las relaciones sociales y favorece el fortalecimiento de vínculos entre el alumnado a través del rendimiento mancomunado. Su promoción es una manera de fomentar la inclusión y contribuir a la igualdad de oportunidades. Asimismo, su práctica ayuda a la eliminación de estigmas, estereotipos y es una vía para favorecer la participación. Por todo, favorece la calidad de vida de las personas con discapacidad.
Conclusiones
La Educación Física debe, por un lado, favorecer que el alumnado desarrolle procesos dirigidos a regular su respuesta emocional ante situaciones derivadas de la práctica de actividad física y deportiva, y, por otro, incidir sobre el desarrollo de las habilidades sociales, el espíritu de solidaridad y el fomento de las relaciones inclusivas y constructivas entre quienes participan en los contextos motrices que el docente plantee (González Arévalo, Lleixà Arribas, T., & Blázquez Sánchez, D., 2010). En consecuencia, por todo lo explicado hasta el momento, se considera adecuado el desarrollo de propuestas educativas dirigidas a la promoción del Goalball.
Para acabar, por la vital influencia del movimiento en el aprendizaje, se recomienda el desarrollo de distintas situaciones de aprendizaje que incorporen el movimiento como recurso, así como enfoques y proyectos interdisciplinares en la medida en que sea posible. Estas situaciones integrarán procesos orientados a la adquisición de las competencias y deberán enfocarse desde diferentes bloques de saberes, evitando centrarse en uno de manera exclusiva y, simultáneamente, desde la articulación con elementos plurales como las diferentes opciones metodológicas de carácter participativo, modelos pedagógicos, el tipo y la intención de las actividades planteadas, la organización de los grupos, la consolidación de una autoestima positiva en el alumnado o la creación de una conciencia de grupo-clase. Será igualmente importante tener en cuenta la regulación de los procesos comunicativos, el desarrollo de las relaciones interpersonales, la conversión de espacios y materiales en oportunidades de aprendizaje o la transferencia del conocimiento adquirido a otros contextos sociales próximos que permitan comprobar el valor de lo aprendido, aspecto este último clave para una sociedad más justa y equitativa (Real Decreto 217/2022).
REFERENCIAS
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