Actualmente, la sociedad está aumentando sus hábitos sedentarios y no lleva una alimentación equilibrada, lo que puede producir una serie de perjuicios para la salud. De unos buenos hábitos alimenticios y de realizar ejercicio físico habitualmente desde pequeños, es de lo que dependerá que el niño se desarrolle de forma completa y adquiera una buena calidad de vida cuando sea adulto.

En este artículo quiero plantear un taller orientado a la mejora de los hábitos de los niños. El objetivo es concienciar tanto a alumnos como a familiares, de la importancia de tener y saber inculcar hábitos saludables desde pequeños. Además de conseguir un bienestar cotidiano y un aumento en la esperanza de vida, otro aspecto fundamental de alcanzar estos hábitos es evitar enfermedades en el futuro. Para ello, hemos de empezar el trabajo desde los primeros años de vida y es tarea sobre todo de la familia y los docentes.


Palabras clave:

Hábitos, Educación Primaria, ejercicio físico, alimentación, rendimiento académico.


Currently, society is increasing its sedentary habits and doesn’t have a balanced diet, which can cause a series of health problems. Good eating habits and regular physical exercise from an early age are the key to a child's full development and a good quality of life when they grow up.

In this article, I would like to propose a workshop aimed at improving children's habits. The objective is to make both students and their families aware of the importance of having and knowing how to instill healthy habits from an early age. In addition to achieving daily wellbeing and an increase in life expectancy, another fundamental aspect of achieving these habits is to avoid illnesses in the future. To do this, we must start working from the first years of life and it’s the task, above all, of the family and teachers.


Keywords:

Habits, Primary Education, physical exercise, nutrition, academic performance.


1. Introducción

En este artículo, me gustaría poner de manifiesto la importancia de tener unos buenos hábitos alimenticios y de practicar ejercicio físico de forma habitual desde edades muy tempranas.

Durante la realización de mis prácticas del grado, me sorprendió que hubiese un porcentaje elevado de niños con sobrepeso e incluso con obesidad. Del mismo modo, pude observar cómo los niños, consumían a diario alimentos poco saludables y lo compaginaban con poca actividad física en sus horas de ocio. Esto me hizo darme cuenta de la importancia de corregir estos patrones con el fin de evitar, en un futuro, la repercusión en muchas áreas de la vida de cada individuo y, por tanto, en la sociedad en general. Por ello, he decidido hacer una aportación personal para este problema. Me ha parecido adecuado realizar unas guías para poder orientar y recordar a las personas, la manera de llevar una vida más saludable.

A lo largo de mi infancia, vi cómo mis padres realizaban deporte durante la semana y los fines de semana me llevaban a hacerlo con ellos, lo que, de alguna manera, me ha creado un hábito deportivo que hoy en día persiste y me ha ayudado a comprender los beneficios de practicar deporte. Teniendo en cuenta que siempre he tenido en casa modelos de hábitos saludables y que una de mis grandes pasiones es el deporte, no se me ocurre otro tema que me pudiese motivar más que éste.

2. Tres pilares fundamentales

El ser humano, en su evolución, siempre ha buscado la felicidad y, dentro de este concepto, la salud juega un papel muy importante. Los principales factores que intervienen en el estado de salud son las características genéticas y el estilo de vida. El concepto de salud ha evolucionado en los últimos años y ha pasado de ser ausencia de la enfermedad, a ser una noción mucho más amplia. Según la Organización Mundial de la Salud (1992) es “el estado completo de bienestar físico y social que tiene una persona y armonía con el medio ambiente”. (Heredia, 2010) Cabe destacar que, deben fomentarse los hábitos de salud ya que es una forma de mejorar nuestra vida cotidiana bajo el enfoque físico, mental y social. Todos tenemos derecho a tener un grado de salud plena independientemente del sexo, raza, cultura o estatus social.

A lo largo del tiempo, hemos podido constatar que la esperanza de vida va aumentando cada vez más, proporcionalmente al desarrollo evolutivo de los países. Conforme la población de los países va adquiriendo un mayor nivel cultural, se van haciendo más estudios y se van sacando más conclusiones sobre los factores que influyen en el aumento de esta longevidad. Así pues, disponemos de una gran cantidad de datos que nos indican cómo conseguir una vida más saludable al llegar a la edad adulta. Sin embargo, la información que nos llega sobre lo que es beneficioso para nuestra salud, puede ser tergiversada ya que es a través de los medios de comunicación, los cuales, en muchas ocasiones, están influenciados por intereses económicos y políticos. “Para lograr una mayor calidad de vida, no necesitamos un sistema que actúe frente a las enfermedades, sino un programa de prevención bien organizado y continuado relacionado con el ejercicio físico y los hábitos de alimentación.” (Bastos, González, Molinero y Salguero del Valle, 2005, pp.140-153) Con todo ello, una de las cosas que se pretende conseguir es fundamentalmente alargar la esperanza de vida y sobre todo vivir en mejores condiciones físicas y mentales.

Así bien, podemos diferenciar los tres pilares fundamentales en los que nos vamos a apoyar para lograr una buena calidad de vida de cara al futuro.

2.1. Hábitos

Para poder tener una buena salud a lo largo de nuestras vidas, es primordial que tengamos unos buenos hábitos, sobre todo si se empieza desde la infancia. Un hábito es la manera que tienes de proceder adquirida por repetición de actos iguales o semejantes, u originada por instinto. Es decir, que es el cerebro el que convierte una serie de acciones en una costumbre o rutina automática. Ya lo dijo Aristóteles (2016): “Somos el resultado de lo que hacemos repetidamente. La excelencia entonces no es un acto, sino un hábito”. (p. 24)

El hábito alimenticio de los niños se desarrolla en 3 niveles: la familia, la escuela y los medios de comunicación. En relación con la familia, es el primer ejemplo que tienen los niños, de tal forma que ejerce una fuerte influencia en su dieta y en sus conductas relacionadas con la alimentación. Los niños imitan las conductas observadas en las personas adultas que respetan y admiran. Sin embargo, las costumbres alimenticias han ido variando por diferentes causas, entre ellas la situación económica, la menor dedicación y falta de tiempo para cocinar, y la pérdida de autoridad de los padres que lleva a que los niños coman lo que quieran, cuando quieran. En cuanto a la escuela, el niño se enfrenta a nuevos hábitos alimenticios, por eso, los profesores tienen que promocionar los buenos hábitos tanto de alimentación como deportivos. También es importante detectar la aparición de trastornos alimentarios y saber evitarlos. Por otro lado, la publicidad en los medios de comunicación también ejerce una fuerte influencia en sus hábitos, de tal forma que incluso desplaza a aquellos que ya se han enseñado en la familia y en la escuela y, muchas veces, son hábitos poco convenientes.

Asistimos a una verificación de que las enfermedades y la mortalidad se asocian más a factores psicosociales y medio ambientales que con la calidad de la asistencia médica en sí. Parece ser que la práctica física retrasa la muerte ya que el índice de mortalidad se correlaciona negativamente con la cantidad de actividad física realizada. (Guillén, F., Castro y Guillén, M.A., 2007)

Uno de los puntos positivos que debemos tener en cuenta es que, en los últimos años, ha habido un aumento de las carreras populares en nuestro entorno y esto es, de alguna manera, una promoción de la actividad física que los niños están viendo en sus familiares y en los medios y que esperemos tiendan a imitar.

2.2. Alimentación

El buen estado nutricional es una ayuda para tener un buen desarrollo físico e intelectual y colabora para asegurar una vida más larga y saludable. La alimentación ha pasado de ser algo para subsistir a ser un proceso de selección de alimentos adecuados para nuestro desarrollo tanto físico como mental.

Según un estudio con los representantes legales de 4º grado de la unidad educativa “Santa María” elaborado por Zambrano y Bravo (2017) sobre la buena alimentación la mayor parte de los representantes legales (57 %), manifiesta que están de acuerdo en que una alimentación sana, sí incide en el desempeño de los estudiantes.

Para tener una visión más clara del tipo de alimento y en qué proporción consumirlo, a principios de los 70, fueron creadas las primeras pirámides nutricionales. La pirámide alimenticia es una herramienta didáctica que se divide en 6 franjas de alimentos. Mientras que las franjas de la base son productos de consumo diario, la franja que queda en el vértice son alimentos que se deben consumir de forma ocasional. Conforme ascendemos en la pirámide, el consumo de los alimentos de cada franja debería ser menor. Hay que tener en cuenta que, a lo largo de los años, han ido surgiendo versiones de la pirámide modificadas según se han ido descubriendo necesidades.

En la literatura encontramos muchas referencias sobre la relación que existe entre el cáncer y la alimentación. En ellas destacan que, aunque influyen también otros factores como los genéticos y los ambientales, las sustancias que ingerimos también son muy importantes. (Boticario, 2005) Los médicos advierten que existen factores que se asocian de una forma más directa al cáncer como pueden ser: el aumento del consumo de productos animales, el abandono de productos naturales por comidas rápidas procesadas, la exposición a muchas toxinas industriales, el uso masivo de carcinógenos en el agua pública, abandono del ejercicio físico y el crecimiento del estrés. La dieta en la niñez es la mayor causa de la enfermedad en los adultos. (Chamás, 2017, p. 31)

Dado que la alimentación es un hábito, el niño tiende a imitar lo que hacen los padres, por lo tanto, si uno de los padres tiene la costumbre de tomar alimentos excesivamente calóricos y disfruta de ellos, el niño acabará adoptando la misma costumbre. Además de la labor de los padres, es fundamental la colaboración de los docentes a la hora de hablar de una adecuada alimentación, puesto que con ello se alcanzaría una mejora de las condiciones físicas, del razonamiento analítico, la comunicación con los demás y, sobre todo, el desempeño académico. Para conseguir una buena nutrición, tenemos que hacer hincapié en 3 puntos clave: el balance, la variedad y la moderación.

Con la evolución de la industria, se han ido desplazando los alimentos que consumíamos de temporada. La alimentación que nos viene de la industria es poco natural, nos sirve una comida muy procesada y esto se aleja mucho del concepto saludable. Sin embargo, las empresas mediante la publicidad nos venden estos productos como una alimentación adecuada y deseable.

Uno de los problemas que más se encuentra la población mundial, es el aumento de peso, y dentro de este, cabría diferenciar la obesidad del sobrepeso. Según la OMS (2013), la obesidad mundial casi se duplicó desde 1980 y, en el 2011, más de 40 millones de niños menores de 5 años tenían sobrepeso. Hoy en día, la obesidad es, o debería ser, un tema de interés mundial, considerada una enfermedad de proporciones epidemiológicas, no solo en los Estados Unidos, sino también en más países del mundo. Tener sobrepeso u obesidad es algo que perjudica el buen funcionamiento de todo el cuerpo, disminuyendo su vida útil, ya que hace trabajar en exceso a todos sus órganos. El estilo de vida y la alimentación son claves en su formación.

Por otra parte, existe el problema de la mala alimentación. Muchas personas no comen en horarios fijos, no cumplen el número de comidas deseadas al día, no siguen una dieta variada o comen mientras trabajan, y todos estos hábitos son también transmitidos de alguna forma a los hijos. Ésta, en los primeros años de vida, puede repercutir de forma importante en el crecimiento del niño, así como en el desarrollo de su cerebro y afectar a su aprendizaje. Debido a que una mala alimentación provoca una disminución de la capacidad intelectual y de la falta de atención, el alumno va a presentar mayores dificultades en el aprendizaje y, en consecuencia, disminuirá su rendimiento académico. (Bajaña, Quimis, Sevilla, Vicuña y Calderón, 2017, p. 36)

En la otra cara de la moneda, nos encontramos con los trastornos de comportamiento alimentario como la anorexia nerviosa y la bulimia. Estos están considerados un problema de salud propio de países desarrollados. Llama la atención que en una sociedad donde se propicia el consumismo sin límites, haya una tendencia paralela a la privación del alimento siguiendo una moda donde se valora la extrema delgadez. Este proceso debe ser conocido por padres y educadores con el fin de detectarlo a tiempo y poder aplicar soluciones lo antes posible.

2.3. Ejercicio físico

La práctica cotidiana de la actividad física se asocia con numerosos beneficios para la salud, tanto en la juventud como en la edad adulta (OMS, 2010). En las últimas décadas, estamos asistiendo a un aumento del sedentarismo debido al uso abusivo de los aparatos digitales y las tecnologías de la información. Nos encontramos con una situación preocupante para todos en la que se deberían tomar más medidas como restringir el uso excesivo de la tecnología y fomentar las actividades al aire libre.

Un punto que debería preocupar es que un elevado porcentaje de alumnos, al finalizar la escolaridad, abandonan las prácticas deportivas, por tanto, deberíamos hacer más hincapié en esta etapa sobre la necesidad de realizar ejercicio de forma regular. Además, una vez que dejan de lado esta actividad, es muy difícil volverla a introducir en la vida diaria, y esto también puede repercutir en el resto de hábitos saludables que deberíamos tener todos. (Guillén, F., Castro y Guillén, M.A., 2007)

El inglés Edward Stanley dijo: “Aquellos que piensan que no tienen tiempo de hacer ejercicio, tarde o temprano tendrán que encontrar tiempo para la enfermedad.” (escribano, 2016, p. 68) Esto es una realidad que la gente no llega a plantearse hasta que un día se encuentra en situación, por esto debemos concienciar a la población de la conveniencia de sacar tiempo para hacer ejercicio físico de forma habitual.

El ejercicio físico es capaz de mejorar nuestro estado anímico, reforzar nuestra autoestima y aumentar nuestro bienestar psicológico. Cuando es realizado en colectividad, tiene un valor añadido puesto que enseña disciplina, compañerismo y aumenta la socialización del individuo. Además, el ejercicio provoca la liberación de endorfinas que son unos péptidos opiáceos endógenos que se encargan de darnos sensación de bienestar y felicidad. Este efecto tan placentero provoca que deseemos retomar ejercicio y hacer que forme parte de nuestra vida. Las endorfinas intervienen en muchas funciones como la memoria, el aprendizaje, la respuesta al estrés, la trasmisión del dolor y la regulación del apetito, temperatura y respiración. (Rosenblatt, 1989, p. 468)

Según Hanneford (1995), existe evidencia importante de que la práctica de una actividad física posibilita mejoras en las funciones cognitivas y favorece el bienestar en personas que padecen alguna enfermedad mental como trastorno de la ansiedad o depresión. También se han determinado los beneficios que puede tener sobre el rendimiento académico de niños escolares. (Ramírez, Vinaccia y Suárez, 2004)

A través del ejercicio físico, estamos entrenando partes del cerebro que van a ser cruciales para leer, sumar y para cualquier otra actividad intelectual. No sólo eso, también hace que las neuronas de nuestro cerebro puedan establecer más fácilmente conexiones entre ellas. Hacer ejercicio posibilita poder aprender cualquier otra cosa con mucha más facilidad que si no se ha hecho ejercicio físico antes y ayuda a mantener en mejores condiciones la función cognitiva y sensorial del cerebro. Esto nos confirma la conveniencia de realizar ejercicio de una forma continuada en el tiempo y así alcanzar una mayor calidad de vida.

La revolución tecnológica a la que asistimos ha cambiado mucho los hábitos de hoy en día, de tal forma que vivimos inmersos en las pantallas de los ordenadores y los móviles donde pasamos horas sentados sin ejercer ningún tipo de actividad física. Esto supone un preocupante aumento de la inactividad y, según Matsudo (1997), el sedentarismo como estilo de vida, puede provocar una mortalidad precoz y puede ser nocivo para el individuo y potencialmente dañoso para la sociedad. (citado en Bastos et al., 2005, pp.140-153)

Lamentablemente, a día de hoy, la población se da cuenta de esta necesidad una vez llegada a la edad adulta y hay que hacer lo posible para conseguir que esto ocurra desde edades más tempranas. De esta forma, los más pequeños interiorizan la actividad y ejercicio físico como algo natural en sus vidas.

Por otro lado, se han hecho estudios relacionando la cantidad de deporte con la calidad de vida y la duración de la vida, y se ha llegado a la conclusión de que los deportistas de élite y los no deportistas, tenían una duración de vida más corta que los deportistas que hacían ejercicio de forma regular, pero sin dedicarse a la alta competición. Los resultados de varios meta-análisis concluyen que el ejercicio físico disminuye la mortalidad después de un infarto de miocardio entre un 20% y un 25% en el primer año. Sería conveniente resaltar que además de los efectos indirectos que intervienen en la longevidad de los deportistas vamos a encontrar unos efectos indirectos como la alimentación y la obtención de hábitos saludables que están relacionados a ese estilo de vida. (Guillén, F., Castro y Guillén, M.A., 2007, p. 97)

3. Recomendaciones

3.1. Guía de recomendaciones para adultos

Propongo una guía con diez recomendaciones para que los adultos ayuden a los niños a llevar una vida saludable:

A continuación, desarrollaré estos 10 puntos de manera que se logre entender el porqué de las anteriores recomendaciones:

  1. Con un desayuno sano y equilibrado se entiende un desayuno lo bastante completo como para proporcionarle al niño las suficientes proteínas, vitaminas y energía para empezar el día activo y mantener la sensación de plenitud hasta la hora de almorzar, o en su defecto, hasta la de comer. Comenzar el día con un buen desayuno, contribuye a conseguir un aporte nutricional adecuado y mejora el rendimiento tanto físico, como intelectual.
  2. A la hora de ir al colegio, sería interesante optar por la opción de ir andando porque, de esta forma, el niño ya empieza a hacer ejercicio desde primeras horas del día, favoreciendo el tono muscular y activando la circulación sanguínea, lo que les hace estar más activos y receptivos en sus clases.
  3. Dejando que el niño ayude en la cocina, hacemos que empiece a familiarizarse con los alimentos, así aprende, ve cómo se hace y va interiorizando qué alimentos se deben tomar y cuáles se deben evitar. Sin embargo, hay que tener en cuenta que las actividades dentro de la cocina deben adecuarse a la edad, evitando peligros innecesarios como utilizar determinados utensilios de cocina que pueden ser peligrosos (cuchillos afilados, utilizar el horno, etc).
  4. El consumo de frutas y verduras es fundamental porque estos alimentos son fuentes de múltiples vitaminas, minerales y contienen antioxidantes y gran cantidad de agua. Las vitaminas son unos nutrientes esenciales para el buen funcionamiento de los procesos energéticos que tienen lugar en el organismo. El déficit de vitaminas puede provocar muchas enfermedades. También tienen un alto contenido en fibra, potasio y carecen de grasas. En ocasiones, los niños son reacios al consumo de fruta y verdura, y es nuestra labor hacer que les sea más atractiva su ingesta, por ejemplo, al ser la fruta dulce dársela a trocitos semejando golosinas. Otro punto a resaltar es la importancia de consumir la fruta y la verdura de temporada puesto que además de que obtenemos los productos con todos sus beneficios, son más económicos. 
  5. La práctica del deporte en el niño supone unas ventajas en varios sentidos, ya que, además de fortalecer su cuerpo, produce un beneficio a nivel intelectual favoreciendo la concentración y el aprendizaje. Cabe añadir que fomenta el trabajo en equipo, el compañerismo y la disciplina.
  6. No se trata de prohibir la utilización de aparatos electrónicos puesto que estos presentan una serie de ventajas: desarrollo de la imaginación, aumento de la visión espacial, contacto con la realidad que les rodea, etc. Sin embargo, sí que es necesario limitar el tiempo que emplean en estos aparatos, ya que su utilización continua lleva al sedentarismo, la sobreestimulación e incluso, llega a impedir la interacción con otros niños.
  7. Esta propuesta hace que el niño adopte unos buenos hábitos llegados de sus padres y que se interese por el ejercicio. De esta forma, también se favorece una buena relación entre padres e hijos. Si se realizan actividades al aire libre, existe un valor añadido que es la exposición solar, fuente de vitamina D importante para el fortalecimiento de los huesos y otros procesos del organismo.
  8. Una gran proporción de nuestro cuerpo, está formado por agua. El agua es un elemento esencial para la vida y es necesario consumir una cantidad determinada cada día. Las bebidas azucaradas o con gases, tienen un alto contenido en azúcares y aditivos.
  9. Unas horas de descanso adecuadas son primordiales. Entre las consecuencias de que el niño no duerma las horas necesarias, se encuentra una disminución de la capacidad de concentración, un aumento de la irritabilidad, un aumento del cansancio a la hora de hacer ejercicio, que puede llevar incluso a evitarlo. Todo esto, al final repercutirá en el desarrollo general del niño.
  10. Es importante comer en familia y además que el niño esté cómodo y no pendiente de los dispositivos electrónicos. Así estará concentrado en lo que come, masticará los alimentos suficientemente, siendo consciente del proceso de alimentación. Además, se fomentan las relaciones familiares y se aprovecha para tratar temas cotidianos.

Sería interesante explicar paso por paso estas recomendaciones para los adultos en una reunión, y después facilitar un ejemplar a cada familia a modo de recordatorio. Es una manera de que los padres se impliquen más en la formación de buenos hábitos para sus hijos ya que muchas veces no son conscientes de la importancia que tienen.

3.1. Guía de recomendaciones para niños

Ahora se van a proponer 10 recomendaciones para niños de primaria para poder llevar una vida saludable gracias a unos buenos hábitos adquiridos, estas recomendaciones también son a modo de propuestas:

Por último, comentaré algunos de los puntos de esta guía que no han sido explicados anteriormente:

  1. Desayuna de forma sana y equilibrada todos los días.
  2. Haz ejercicio físico a la hora del patio: Los niños tienen que ser conscientes de que deben aprovechar la hora del patio para moverse, puesto que en el tiempo de clase suelen estar sentados durante varias horas. Esto es algo que debería ser apoyado por los profesores y deberían motivar a los niños a realizar actividad física.
  3. Ayuda a tus padres a cocinar los alimentos para la hora de comer.
  4. Come frutas y verduras todos los días.
  5. Practica algún deporte.
  6. No pases mucho tiempo delante de las pantallas: Con el nacimiento de las nuevas tecnologías, nos encontramos con un problema añadido, los niños pasan demasiado tiempo delante de la televisión, los videojuegos y el ordenador. Las pantallas son adictivas y les quita tiempo para hacer otras actividades como ejercicio físico. Se debería ofertar a los niños alternativas que les llamen más la atención como ir a jugar juntos, dar una vuelta con la bicicleta, ir al parque, etc.
  7. No abuses de bollería y golosinas: El abuso de estos productos puede conducir a diversas alteraciones como el sobrepeso, la obesidad, caries en los dientes, diabetes, entre otras. Además, el consumo de azúcar crea una adición que nos hace buscar y aumentar su consumo. Aquí también tienen un papel importante los padres que tienden a premiar a sus hijos con bollería o golosinas, es una costumbre que deberíamos cuestionar.
  8. Bebe agua en lugar de refrescos con gases y azúcares.
  9. Descansa adecuadamente todos los días.
  10. Come y cena en familia.

Este decálogo para niños intenta fortalecer los hábitos de salud que los adultos deberían inculcar a sus hijos y alumnos. En estas edades, la figura de los progenitores y de los profesores son muy importantes para ellos, por ello, una indicación que viene de ellos suele ser bien aceptada. Sería conveniente colocar esta guía en una zona visible de la clase o casa, después de trabajarla, para que los niños interioricen y asimilen estos consejos.

Conclusiones

Para concluir, debemos ser conscientes de la importancia que tiene el llevar una buena alimentación y realizar ejercicio físico de forma constante. Es necesario que estas actitudes se conviertan en hábito desde la infancia. Además, se ha demostrado que incide en el desarrollo cognitivo del individuo y en el rendimiento académico. Sin embargo, hay una tendencia a la pérdida de hábitos saludables. Con el fin de evitar que esta tendencia siga adelante y favorecer las actitudes saludables, es necesaria la colaboración en el ámbito familiar, en el escolar, e incluso es importante la implicación de las instituciones. Para ello, se deberían hacer programas y campañas promocionales y, de esta forma, educar a la población en este sentido. Finalmente, se ha propuesto una serie de guías para alumnos y adultos relativas a los hábitos saludables. Éstas van encaminadas a ayudar a las familias y docentes a transmitir a los niños la necesidad de cuidar y mejorar nuestra alimentación y la práctica de ejercicio físico.

REFERENCIAS

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