01/02/2024 por Paula Cuellar Maldonado

¿Existe la violencia en las escuelas?

 

En este artículo se aborda la cuestión de la violencia en el ámbito educativo, explorando su existencia y posibles clasificaciones, siendo la pregunta central ¿es posible resolver los conflictos escolares de manera pacífica? Para ello, se examinarán aquellos conceptos relacionados con la violencia, con un enfoque especial en el libro "Tras la violencia, 3R: reconstrucción, reconciliación, resolución" de Johan Galtung. Así pues, el análisis incluye una reflexión sobre la presencia de la violencia en las escuelas y la utilidad del triángulo de la violencia y las tres erres de Galtung, respaldado con ejemplos concretos. De tal forma, se busca proporcionar una comprensión más profunda de la problemática y explorar vías pacíficas para abordarla.


Palabras clave:

Triángulo de la violencia; Educación; Cultura de paz; Conflictos escolares.


This article addresses the issue of violence in education, exploring its existence and possible classifications, the central question being: Is it possible to resolve school conflicts peacefully? For this purpose, concepts related to violence will be examined, with a special focus on Johan Galtung's book "After Violence, 3Rs: Reconstruction, Reconciliation, Resolution". The analysis includes a reflection on the presence of violence in schools and the usefulness of Galtung's triangle of violence and the 3Rs, supported by concrete examples. In this way, it seeks to provide a deeper understanding of the problem and explore peaceful ways to address it.


Keywords:

Triangle of violence; Education; Culture of peace; School conflicts.


1. Introducción

En el contexto educativo, la presencia de la violencia plantea interrogantes sobre su existencia, clasificación y posibles soluciones pacíficas. Se trata de un tema complejo y bastante extenso, pero es esencial reconocer que la violencia puede manifestarse en diversas circunstancias, y las instituciones educativas no están exentas de esta realidad. Hay diversos fenómenos y comportamientos violentos que, aunque no aparezcan en los medios de comunicación y apenas se visibilicen, están presentes en las aulas (Uruñuela, 2007). Por ello, en las siguientes líneas se intentará abordar este tema de la forma más precisa posible, desde una perspectiva crítica y reflexiva.

La obra "Tras la violencia, 3R: reconstrucción, reconciliación, resolución" de Johan Galtung, desempeña un papel fundamental en la comprensión de este fenómeno. A través del triángulo de la violencia y las tres erres propuestas por Galtung, se buscará no solo identificar y comprender las manifestaciones de violencia en el entorno escolar, sino también proponer vías efectivas para la reconstrucción, la reconciliación y la resolución de los conflictos. Este enfoque ayudará a mejorar el ambiente educativo mediante diversas propuestas valiosas para la construcción de un entorno escolar más armonioso y propicio para el desarrollo personal y académico del alumnado.

2. El triángulo de la violencia

El "triángulo de la violencia" es una conceptualización propuesta por el sociólogo noruego Johan Galtung, que busca entender las diversas formas de violencia y sus interrelaciones. De acuerdo con Galtung (1998), la representación gráfica de este triángulo (figura 1) ofrece una visión integral de la realidad de la violencia, identificando los siguientes tipos:

  • La violencia directa se refiere a la violencia física o activa, donde se produce una destrucción inmediata de la vida, ya sea a pequeña o gran escala. Incluye actos como la agresión física o cualquier forma de violencia que cause daño directo e inmediato a las personas, por lo que es visible.
  • La violencia estructural que, al contrario, a la violencia directa, no implica actos físicos evidentes, sino que se manifiesta a través de estructuras sociales, políticas y económicas que perpetúan la desigualdad y la injusticia. Se trata de sistemas y políticas que, de manera indirecta, afectan negativamente a los grupos humanos al limitar sus oportunidades y acceso a recursos.
  • La violencia cultural son los discursos, normas y valores culturalmente aceptados que legitiman o justifican tanto la violencia directa como la estructural. Puede manifestarse a través de estereotipos, prejuicios, discriminación y otras formas de pensamiento que respaldan la violencia en sus otras formas.

El triángulo de la violencia de Johan Galtung.
Nota. Elaboración propia a partir de J. Galtung (1998), p. 15.

Este triángulo de la violencia podría explicarse como una realidad en los diversos contextos sociales, incluso en el entorno escolar. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) (2023), la violencia escolar es un fenómeno amplio, que afecta a muchos niños, niñas y adolescentes, tiene lugar dentro o fuera de las aulas, en las proximidades de los centros escolares y en entornos digitales. Esta puede adoptar diversas formas, las cuales se encuentran dentro del triángulo, tanto en la parte visible como invisible. Puede no ser perceptible, por lo que a continuación se mostrarán algunos ejemplos de violencia que hay en la escuela clasificados según su tipo (Tabla 1).

Violencia directa
  • Agresiones físicas y conflictos que desencadenan peleas entre el alumnado.
  • Agresiones al personal docente.
  • Agresiones con armas (un estudiante lleva un objeto punzante a la escuela y amenaza con usarlo durante una confrontación con otro estudiante).
  • Acoso escolar o bullying (ciberacoso, empujones, golpes, amenazas directas verbales y gestos intimidatorios).
  • Abuso sexual.
 Violencia estructural
  • Desigualdad en la financiación escolar (escuelas en áreas económicamente desfavorecidas reciben menos fondos, afectando a la calidad de la educación).
  • Brecha digital (desigualdad en el acceso a la tecnología y recursos digitales).
  • Falta de servicios y programas de apoyo emocional y psicológico.
  • Ausencia de mobiliario adaptado (como mesas ajustables en altura o pupitres accesibles para sillas de ruedas).
  • Limitaciones en el acceso a programas académicos avanzados o actividades extracurriculares por el bajo nivel socioeconómico familiar.
  • La privación de la libertad de expresión.
Violencia cultural
  • Racismo (exclusión de estudiantes de ciertas razas de actividades escolares, comentarios racistas por parte del alumnado o el personal educativo y tratos diferentes basado en el color de piel en las interacciones diarias).
  • Sexismo (comentarios despectivos o chistes sexistas que perpetúan estereotipos de género y falta de apoyo o recursos para equipos deportivos de géneros menos representados).
  • Homofobia (falta de inclusión de temas relacionados con la diversidad sexual en el currículo escolar).
  • Clasismo (burlas, prejuicios o discriminación hacia estudiantes cuyas familias tienen bajos ingresos económicos).
  • Estigmatización lingüística (discriminación hacia estudiantes que hablan un idioma diferente o tienen un acento distinto).
  • Xenofobia.
  • Aporofobia (rechazo a personas en situación de pobreza).

Tabla 1. Cuadro con los tres tipos de violencia y algunos ejemplos propios del ámbito educativo.
Nota. Elaboración propia.

 

Mediante estos ejemplos se puede observar la viabilidad que tiene el triángulo de la violencia para identificar los tipos de violencia tanto visibles como invisibles. Sin embargo, la violencia directa a veces puede no ser visible o del todo clara y hay circunstancias donde la violencia cultural y estructural pueden ser visibles. Por ejemplo, un estudiante puede hacer comentarios despectivos a un compañero de clase en base a su etnia, raza, orientación sexual…, siendo un claro ejemplo de violencia que no es visible (violencia cultural) al hacerla explícita verbalmente (violencia directa).

Como se puede comprobar, cualquier forma de violencia puede expandirse y afectar a los otros tipos; la violencia directa refuerza la violencia estructural y cultural. Y esto, a su vez, puede llevar incluso a más violencia directa (Johan Galtung, 1998, p. 16).

A continuación, se expondrán otros ejemplos más concretos que pueden resultar más difíciles de identificar como “violencia”, ya que su interpretación dependerá de la situación y el contexto:

  • “Has hecho un buen trabajo, casi tan bueno como el de Ana”. Pese a no ser un ataque directo, son críticas negativas que pasan a formar parte de un insulto sutil. En este caso, se estarían estableciendo comparaciones que menosprecian el esfuerzo de la persona.
  • "¡Vaya, qué idea tan original! Nunca se me habría ocurrido". En esta frase se está utilizando el sarcasmo para quitarle valor a la creatividad o esfuerzo de la otra persona.
  • "Oh, ¿realmente pudiste hacer eso?". Se expresa incredulidad o sorpresa negativa sobre la capacidad de alguien para hacer algo.

A pesar de que estos ejemplos no incluyen violencia física directa, o puedan percibirse como menos significativos, es crucial reconocer que estos comportamientos se pueden considerar formas de violencia, específicamente dentro del ámbito de la violencia verbal o psicológica, y pueden tener un impacto sustancial en el autoestima y bienestar emocional y mental.

3. Las tres erres

Como explica Galtung (1998), en la búsqueda de la paz no solo es necesario terminar con un “alto al fuego”, una tregua o un tratado de paz. No siempre se puede llegar a una solución de esta manera, ya que pueden generarse nuevas formas de violencia, puesto que, como se comentaba anteriormente, bajo la violencia directa encontramos una violencia estructural y cultural que deben ser también atendidas. No obstante, si no se contemplan, esto provocará un círculo vicioso donde las estructuras violentas solo serán posibles cambiarlas mediante la violencia, cuya violencia conllevará a nuevas estructuras violentas.

A pesar de la anterior afirmación, Galtung (1998) propuso el modelo de "Reconstrucción, Reconciliación y Resolución" (3R) como parte de su enfoque para abordar los conflictos de manera pacífica. A continuación, se explican las 3R:

  • Reconstrucción: implica la restauración y el fortalecimiento de las estructuras sociales, económicas y políticas que pueden haber sido dañadas o afectadas durante un conflicto. Es decir, se busca arreglar aquello que provocó la violencia.
  • Reconciliación: se restablecen relaciones positivas y constructivas entre las partes en conflicto. En este caso, se elimina el conflicto para que no vuelva a aparecer, a través del perdón, la comprensión mutua y la construcción de puentes para superar las divisiones y resentimientos.
  • Resolución: en la búsqueda de las condiciones para solventar el conflicto, es necesario comprender el problema desde la raíz y encontrar soluciones que sean mutuamente aceptables por las partes.

De acuerdo con las 3R, se propondrá un supuesto concreto para saber cómo aplicarlas:

  • Escenario ficticio: en una escuela de Educación Primaria, Carlos y Laura han tenido una pelea en el patio durante el recreo. La pelea se ocasionó por un malentendido en un juego (origen del problema) y se intensificó rápidamente, acabando en golpes y palabras hirientes.
  • Aplicación de las 3R:
  • Reconstrucción: el personal docente interviene de inmediato para separarlos y prevenir más daño físico. En este caso, se puede implicar a un tercero imparcial para facilitar la mediación.
  • Reconciliación: se genera una situación de diálogo en la que ambas partes expresen sus puntos de vista, se escuchen mutuamente y lleguen a una solución conjunta. Es importante que se pongan en el lugar del otro para comprender las emociones y perspectivas que llevaron a la pelea.
  • Resolución: Carlos y Laura participan en la creación de un acuerdo de noviolencia, comprometiéndose a resolver futuros desacuerdos de manera pacífica. También, es importante realizar un seguimiento para asegurar que el acuerdo se cumpla, así como talleres, charlas o actividades para promover la comunicación asertiva, trabajar las habilidades de gestión y manejo emocional y fomentar el aprendizaje de habilidades de resolución de conflictos.

Cabe resaltar el término de “noviolencia”, ya que esta se entendería como una posición activa en contra de la violencia (López, 2004). De igual forma, si solo se busca la ausencia de violencia, un acuerdo de no violencia puede ser adecuado, sin embargo, si se desea promover activamente la resolución pacífica de conflictos y la construcción de relaciones positivas, un acuerdo de noviolencia puede ser más apropiado.

Las ideas que Johan Galtung propone pueden resultar efectivas cuando se trabajan de manera gradual y en paralelo. Tanto en el ejemplo propuesto anteriormente, como en otros casos donde se puedan aplicar las tres erres, es recomendable llevar a cabo el proceso con paciencia para asegurar que los resultados alcancen las expectativas deseadas.

Por todo ello, las propuestas de Galtung no deberían quedar obsoletas, ya que ofrecen una valiosa perspectiva para comprender el origen de la violencia y abordarla de manera adecuada para que no vuelva a aparecer. Además, es posible identificar ciertas fortalezas y debilidades, no solo en la propuesta de las 3R, sino también por los actores involucrados en el proceso en el ejemplo expuesto (Tabla 2).

     Fortalezas 
  • Promueve la responsabilidad personal y la participación activa en la resolución de sus propios conflictos.
  • Favorece un enfoque constructivo para resolver conflictos, fomentando la comprensión mutua y la resolución pacífica de desacuerdos.
  • Fomenta la empatía y el reconocimiento de las necesidades y sentimientos de ambas partes, lo que puede llevar a una mayor comprensión de las razones detrás de la pelea.
  • Se establecen acuerdos y estrategias para prevenir conflictos similares en el futuro.
  • No se ignora el daño que generó la violencia; se busca repararlo.
  • Hay un intermediario que favorece las 3R.
  • Se aborda en un tiempo y en un espacio.
 Debilidades 
  • A partir de los 6 años (que es cuando comienza la etapa de Educación Primaria), el alumnado ha desarrollado una madurez emocional que les permite comprender las emociones propias y ajenas (Trianes, 2012), pero esta no se desarrolla de manera uniforme en todos, y se trata de un aspecto bastante significativo para que ambas partes participen plenamente en el proceso de las 3R.
  • La aplicación efectiva de las 3R puede llevar tiempo y requiere paciencia.
  • Para que las 3R sean efectivas, ambas partes deben estar dispuestas a participar y comprometerse con el proceso.
  • Se requiere de la intervención y apoyo de adultos para facilitar el proceso.
  • Como respuesta a la violencia, muchos docentes utilizan el castigo como solución sin buscar otras alternativas.
  • Si no se conoce la raíz del problema; no se proponen soluciones efectivas para la resolución del conflicto.
  • Puede ser difícil o imposible implementar una resolución (las condiciones de la escuela lo impiden, los familiares no se comprometen…).
  • Cualquiera de las dos partes puede retener la reconciliación (Johan Galtung, 1998, p. 78).

Tabla 2. Fortalezas y debilidades de la propuesta de las 3R ante el supuesto ficticio.
Nota. Elaboración propia.

Es innegable que en las escuelas hay diversas situaciones de violencia e inconvenientes en su resolución, pero, aunque abordar estos problemas pueda parecer complicado, no es una tarea imposible. Asimismo, tras la violencia, implementar el uso de las tres erres como método pacífico, puede ser ideal para superar el conflicto. Cualquier otro método que se utilice también podría enfrentar ciertos desafíos o debilidades. No obstante, reconocer aquellas debilidades sobre la manera en la que se aborda una situación violenta, puede ser fundamental para avanzar hacia los objetivos deseados en la gestión de situaciones violentas. Es decir, reconocer y comprender los posibles limitaciones o problemas sobre la aplicación de las 3R, proporciona una base sólida para anticipar, prevenir y abordar correctamente el conflicto.

4. Trazando el camino hacia una cultura de la Paz

Galtung (1998) destaca la importancia de promover una cultura de paz. En esta cultura, se enfatiza la necesidad de utilizar métodos pacíficos para resolver conflictos en lugar de recurrir a la violencia. Asimismo, resalta basar esta cultura en principios como la no violencia (enfocándose en evitar la violencia directa), la empatía (abordando la violencia cultural) y la creatividad (tratando la violencia estructural). Sin embargo, a pesar de los esfuerzos por establecer la noviolencia y construir una cultura de paz, se debe entender que la paz no es un estado absoluto y definitivo. En cambio, se describe como una búsqueda continua, implicando que mantener la paz requiere esfuerzos sostenidos y una constante disposición a abordar y resolver los desafíos que puedan surgir, puesto que una paz «total» sin violencia, solo se puede considerar una utopía (Muñoz, 2001).

Las escuelas son centros de aprendizaje, pero también de convivencia (Uruñuela, 2007), por lo que la comunidad educativa debe ser responsable de favorecer esa convivencia, intervenir en la resolución de problemas escolares, proponer alternativas que fomenten la noviolencia y siempre en proceso de búsqueda de la paz.

La superación de la violencia en las escuelas abarca un compromiso vital con la construcción de un entorno educativo que fomente la equidad y la paz. La violencia en sus diversas formas ya sea entre el alumnado, las desigualdades presentes o la falta de acceso a ciertos recursos, genera una atmósfera perjudicial para el desarrollo integral del alumnado e incluso limita las oportunidades educativas.

Conclusiones

Abordar la cultura de paz, siendo un concepto muy amplio, e intentar proporcionar respuestas exhaustivas para todos los tipos de violencia presentes en las escuelas, resulta un objetivo ambicioso en el limitado espacio disponible. No obstante, reconocer la complejidad de este concepto y trabajar de manera constante hacia la construcción de entornos escolares seguros y pacíficos es esencial para promover un cambio positivo.

Todo lo comentado y expuesto, tomando principalmente de referencia al autor Johan Galtung, lleva a responder las cuestiones de las que se parte en el artículo: sí existe la violencia en las escuelas y se pueden clasificar y utilizar métodos pacíficos para solucionarlas. De igual forma, se han llegado a las siguientes conclusiones.

En primer lugar, el triángulo de la violencia es una buena forma de comprender los tipos de violencia existentes sin olvidar su relación. Asimismo, resulta esencial conocer sobre la presencia de una violencia cultural y estructural ya que, al no ser tan visibles, se ignoran. Estas pueden resultar en ocasiones difíciles de reconocer, prevenirlas y establecer el remedio más idóneo para eliminarlas, pero la conciencia, el diálogo, la empatía, la equidad, el respeto y la inclusión son las herramientas clave que pueden contribuir significativamente para la creación de un ambiente favorable en la prevención de estas formas de violencia.

En segundo lugar, para contribuir en la construcción de la paz, se pueden trabajar las tres erres de Galtung. Podría considerarse un método efectivo para solucionar una situación de violencia, puesto que resuelven los motivos de la incompatibilidad, se reparan las fases violentas del conflicto (material e inmaterial) y se reconcilian las partes que están involucradas. Por lo tanto, se tiene en cuenta todos los aspectos para eliminar y prevenir la aparición de esa violencia en un futuro.

En tercer lugar, es importante no olvidar que “el momento de empezar está aquí, es ahora” (Johan Galtung, 1998, p. 110), no hay que dejar que la violencia siga su curso. La responsabilidad recae en nosotros; somos agentes de cambio capaces de prevenir, reducir e incluso de eliminar la violencia, a través de los esfuerzos conjuntos y pequeños pasos es posible alcanzar un entorno educativo más próspero.

Para concluir este artículo, se proponen diferentes vías de investigación futura: 1. Comprobar cómo la colaboración entre el alumnado, el profesorado y las familias puede fortalecer la prevención y reducción de la violencia en los centros escolares. 2. Explorar enfoques innovadores y efectivos para prevenir el acoso escolar. 3. Investigar cómo adaptar y personalizar estrategias de resolución de conflictos según las diferentes etapas de desarrollo del alumnado.

 

REFERENCIAS

 
 
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