Este artículo se centra en el uso de la literatura como herramienta aprendizaje-enseñanza para aprender la lengua extranjera, en este caso el inglés. El objetivo principal es demostrar cómo la literatura es un recurso pedagógico que mejora la competencia lingüística de los estudiantes. Para ello se indagó sobre el papel que tiene el inglés como segunda lengua y la literatura inglesa en la educación primaria. Para demostrar que existía un progreso de la adquisición del lenguaje a través de la literatura como recurso versátil y potencial. Y por tanto provoca beneficios en el desarrollo de la lengua extranjera.

Palabras clave:

Literatura, Inglés, adquisición, recurso, competencia literaria.


This article focuses on the use of literature as a learning-teaching tool to learn a foreign language, in this case English. The main objective is to demonstrate how literature is a pedagogical resource that improves students' linguistic competence. For this purpose, the role of English as a second language and English literature in primary education was investigated. To demonstrate that there was progress in language acquisition through literature as a versatile and potential resource. And therefore it provokes benefits in the development of the foreign language.

Keywords:

Literature, English, acquisition, resource, literary competence.


1. Introducción

Hoy, en la sociedad en la que vivimos, el mundo está cambiando día a día. Desde fenómenos meteorológicos a desastres naturales provocados por el cambio climático, pasando por conflictos diplomáticos como Siria y Afganistán o Rusia y Ucrania; desde la vigilancia y el cambio de conciencia hasta la forma en que educamos a nuestros hijos. El mundo se está transformando, y con él su sociedad, que exige cada vez más un dominio mínimo de idiomas, casi obligatorio en cualquier etapa educativa y laboral. El sistema educativo debe ser capaz de formar hablantes multilingües con diferentes grados de dominio, capaces de interactuar y comunicarse, tanto en su lengua como en la lengua extranjera.

Uno de los idiomas que tendrá que instalarse en la sociedad del mañana es el inglés. Desde hace casi una década, el inglés se ha convertido en el idioma de comunicación frente al mundo, la herramienta para la comunicación y el desarrollo. Por ello, en Cataluña, el Curriculum Educació Primaria (2009) incluye el inglés como primera lengua extranjera. El inglés es actualmente un área muy importante a tratar en la educación primaria desde la primera infancia. Por lo tanto, necesitamos formar a los estudiantes para que sean competentes en inglés, lo que significa fomentar el aprendizaje significativo, la promoción del involucramiento y participación personal de los estudiantes, la integración de conocimientos, la funcionalidad del aprendizaje y la autonomía personal de los estudiantes, que les permita convertirse en consciente de su propio proceso de aprendizaje

2. Inglés como Segundo Idioma

El inglés como segundo idioma es el uso del inglés por parte de personas cuyo idioma nativo no es el inglés, pero que lo aprenden como idioma extranjero más tarde. Los métodos para aprender inglés como segundo idioma son diversos. Pueden variar dependiendo del dominio, forma, entorno del alumno. A lo largo de este apartado desarrollaremos las teorías de adquisición del lenguaje más importantes que se han desarrollado a lo largo de la historia para averiguar cómo se produce la adquisición del lenguaje.

2.1. Teorías de adquisición del lenguaje

Para entender cómo aprender inglés como segundo idioma es importante cómo se desarrolla la adquisición del idioma. En lingüística, las teorías que agrupan el aprendizaje de idiomas se denomina competencia lingüística, estas son las que nos permiten comprender y producir una conversación. Estas teorías nos dicen “cómo adquiere el niño la primera lengua (L1) para lograr esa competencia. La perspectiva generativa sobre la adquisición de una segunda lengua (L2) tiene objetivos paralelos, específicamente, para dar cuenta de la naturaleza y adquisición de la competencia interlingüística.” (4, B., Keating, G. D., & Wulff, S,. 2020). Así que hablaremos de L1 cuando hablemos de la lengua nativa, y de L2 cuando hablemos de una lengua que no sea nativa.

Van Patten, B., Keating, G. D. y Wulff, S,. (2020) asumió “que el uso del lenguaje se basa en un sistema lingüístico abstracto, una representación mental de la gramática (sintaxis, fonología, morfología y semántica)”. Sin embargo, en algunas ocasiones adquirimos conocimientos sin que nos los enseñen, que no tienen sentido gramatical y que pueden ser utilizados en diferentes contextos. El aprendizaje no debe aprenderse como L1, por lo que debe derivarse a la Gramática Universal (UG). Un hablante nativo involucra inconscientemente diferentes representaciones mentales que una L2 no involucra, probablemente por la influencia de la L1.

Cuando hablamos de lenguaje nos referimos a la capacidad de comunicarnos y expresarnos. La comunicación no tiene una sola forma de presentarse. Hay dos formas de comunicarse; a través de la comunicación ya través de la representación. Estas dos funciones son ideales para entender cómo los niños de hoy están aprendiendo el idioma. Para Navarro M. (2003) hay tres aspectos necesarios para aprender un idioma:

"a. Proceso de maduración del sistema nervioso, correlacionando sus cambios progresivos con el desarrollo motor en general y con el aparato del habla en particular.

b. Desarrollo cognitivo que va desde la discriminación perceptual del lenguaje hablado hasta la función de simbolización y procesos de pensamiento.

C. El desarrollo socioemocional, que es el resultado de la influencia del entorno sociocultural, las interacciones del niño y las influencias recíprocas”

(Navarro, 2003, p.321-347)

Pero no todos los autores creen que podamos abarcar el lenguaje por etapas. Según Piaget, la adquisición del lenguaje se muestra desde la inteligencia sensoriomotora. Para el autor, el lenguaje es una de las manifestaciones de la función simbólica. Piaget señala que:

“el lenguaje cumple un papel fundamental en el proceso de la formación de la función simbólica, puesto que a diferencia de las otras de sus manifestaciones que son construidas por el individuo de acuerdo a sus necesidades, el lenguaje ya está completamente elaborado socialmente y le provee, por ello, un conjunto de herramientas cognitivas (relaciones, clasificaciones, etc.)” 

(Zegarra, C., & García, J. 2010,  p.5)

Vygotsky (1934) de otro modo, el lenguaje es una función que se adquiere a través de la relación entre el individuo y su entorno ya que, biológicamente, posee las estructuras necesarias para crear signos de comunicación verbal. Asimismo, Vygotsky (1934) desarrolla la idea de que la participación infantil de niños y niñas en actividades culturales permite al niño interiorizar la resolución de problemas y actuar por sí mismo. Vygotsky (1934) cree que el lenguaje es esencialmente social.

Bruner (1983), un psicólogo estadounidense, introdujo otra teoría sobre la adquisición del lenguaje llamada "LASS (Language Acquisition Support System)" ya que Vygotsky creía que el lenguaje era un producto de la interacción social. Y que nuestra interacción sea como un andamiaje hace que nuestro lenguaje suba.

Skinner (1957), un conductista, creía que la interacción no proponía el aprendizaje del lenguaje sino que el desarrollo del lenguaje avanza por el proceso de imitación, como el de los padres. No creía que ese fuera todo el proceso, porque es más complejo, sino que era un papel activo en el mismo lenguaje.

Tanto Vygotsky & Bruner (1983) proponen una adquisición del lenguaje a través de la interacción social, es decir, se construye el lenguaje. Sin embargo, la teoría innata de Chomsky (1957) nos lleva a examinar que el lenguaje es una habilidad que tenemos innata, que biológicamente partimos de ella, denominada LAD (Language Acquisition Device).

El desarrollo del lenguaje está relacionado con la madurez cerebral del niño y el contexto sociofamiliar. El proceso de desarrollo que hemos expuesto muy sucintamente ha sido explicado a lo largo de la historia desde diferentes teorías o perspectivas, influyendo por un lado en la forma en que se entiende la adquisición del lenguaje desde un punto de vista evolutivo y/o pedagógico, y por otro, en el papel que juega el niño en el proceso de adquisición (activo o pasivo).

Siguiendo con Altares, 2008:

Aprender un idioma es aprender muchas cosas diferentes pero relacionadas: los sonidos que lo componen, cómo estos sonidos se agrupan en palabras, qué significan las palabras, qué tipos de palabras hay, cómo se combinan para dar lugar a oraciones que expresan ideas. sobre objetos, personas, lo que pasa o pasó, etc. Y todo ello constituye la tarea a la que se enfrenta un niño desde que nace… o quizás incluso antes.

 (Altares, 2008, .p. 144).

Aprender un idioma es un proceso complejo de descubrimiento. Poder aprender los conceptos básicos de cualquier nivel de escolaridad en el que se encuentren. El objetivo es poder entender, leer, escuchar, hablar y escribir: las 4 habilidades básicas para comunicarse y aprender un idioma. Un proceso activo que comienza desde que nacemos y continúa durante toda nuestra vida. Aprendemos el lenguaje con nuestras experiencias, relaciones y pensamientos. Gracias al lenguaje podemos reflexionar, pensar y contribuir a la sociedad. El aprendizaje de una lengua es la base de toda comunicación y un instrumento de pensamiento.

3. Literatura Inglesa en Educación Primaria

A través de la literatura podemos desarrollar el lenguaje, trabajar la destreza oral y escrita. La literatura nos acerca a la comprensión de contextos específicos como los idiomas, como el inglés. Es necesario entender que la literatura nos lleva más allá, no solo lingüística sino culturalmente para comprender mejor el idioma. La literatura es el arte de escribir, nos proporciona un contexto y un vocabulario que nos puede ayudar a dominar el idioma. Este apartado pretende desarrollar el papel de la competencia literaria en la educación primaria, así como su significado. A partir del conocimiento sobre la competencia literaria, se investigará la posibilidad de este recurso como método de aprendizaje en el aula y su vinculación con la lectura.

4. Competencia literaria

La competencia literaria es una competencia comunicativa cuya propuesta es la capacidad de leer, comprender, interpretar y distinguir entre diferentes tipos de textos literarios, desarrollar la imaginación y la creatividad, así como la capacidad de crear, en forma oral y escrita. (Prado, 2004)

La competencia literaria se construye estrictamente sobre la lectura, la lectura es la base de la literatura. En otras palabras, leer significa comprender, interpretar y analizar el mensaje. Desarrollar la competencia literaria significaría entrenar a los lectores para establecer valoraciones e interpretaciones de los textos. La lectura es el principal motor del desarrollo de la competencia literaria. (Cantero & Mendoza, 2003)

Según el Departamento de Educación de Cataluña (2009) “la competencia literaria es fundamental para desarrollar en los alumnos la sensibilidad estética, el gusto por la lectura, los hábitos lectores y la creatividad”. La educación literaria ayuda a formar a las personas en competencias culturales, sociales y cívicas. Interpretar, valorar y producir textos literarios nos ayuda a comprender lo que nos rodea, nuestra realidad cotidiana, nos ayuda a conocer el vínculo entre la lengua y su cultura. El Departamento de Educación en el Currículo de Educación Primaria delimita tres líneas de actuación para promover la competencia literaria. El programa "El gusto por la lectura". Este programa consiste en que los estudiantes alcancen la competencia lectora volviéndose competentes, críticos y disfrutando el placer de la lectura. La educación primaria delimita la formación literaria en modelos literarios, comprensión crítica y producción escrita. Mientras estaba en la escuela secundaria, profundizó en la autoría y los períodos literarios.

En el Currículo de Educación Primaria del Departamento de Educación de Cataluña, la competencia literaria se incluye en la dimensión literaria. El documento oficial emitido por la Generalitat de Catalunya (2009) define la literatura como fuente para comprender el mundo y la realidad que nos rodea, conociendo los géneros que existen (poesía, narración, lecturas...). Las obras literarias ayudan a desarrollar el hábito de la lectura y la escritura, la lengua y la cultura.

Textualmente “la competencia literaria estimula la creatividad y desarrolla el sentido crítico”. Un lector es lector cuando tiene acceso a todas las obras. La competencia literaria es saber interpretar los textos que escriben los autores, conocer el contexto y la producción de la obra. De la misma manera, una persona es competente cuando es capaz de producir textos, de hacer estética y arte con su conocimiento del género. El objetivo de la educación primaria es que adquieran este hábito lector, que la lectura forme parte de “sus rutinas y que esta actividad tenga una presencia importante en el ámbito personal”. (d’Ensenyament, D; 2009)

Las dos competencias esenciales a abordar en la competencia son: “Competencia 11. Leer fragmentos y obras y conocer a algunos autores significativos de la literatura y competencia 12. Elaborar textos con recursos literarios para expresar sentimientos, realidades y ficciones”. (d'Ensenyament, D; 2009)

En definitiva, la competencia literaria consiste en fomentar el hábito de la lectura a través de diferentes textos, y ser capaz de interpretarlos y posteriormente producirlos. Sin embargo, los intentos por establecer una definición de competencia literaria revelan la cantidad de elementos que la componen, y que se trata de un conocimiento que nos permite identificar, reconocer los escritos como creaciones literarias y distinguirlos de otros. Su adquisición es un largo camino, en el que intervienen varios elementos, por lo que la educación literaria pretende, como establece Colomer (1996: 140):

"... la educación obligatoria debe asegurar que los alumnos estén familiarizados con el funcionamiento de la educación literaria en nuestra sociedad, que hayan experimentado la relación entre la experiencia literaria y su experiencia personal, que conozcan algunos temas y formas propias de los principales géneros, que conozcan cómo expresar sus valoraciones con argumentos coherentes y discutibles y que poseyera alguna información sobre aspectos literarios como la retórica, la métrica o elementos constructivos narrativos, es decir, que posea las capacidades que permitan a cualquier ciudadano actual considerarse un buen lector”.

Las escuelas y universidades (Consejo de Europa, 2001) imparten esta formación literaria, el conocimiento de la lengua y la experiencia del mundo no es suficiente para hacer un lector competente, primero hay que dominar la literatura, comenzando por tener una buena formación literaria y luego, crea esa necesidad de aprender en tus alumnos y poder juzgar su progreso en un concurso literario general.

Nuestra identidad se forma a partir de lo que vivimos pero parte de lo que vivimos es lo que leemos. El texto literario crea el mundo y nuestras construcciones culturales. Nuestra mente se construye a través del significado del texto, nuestras interpretaciones y producciones que hacemos a partir de los textos. Este hecho hace de la lectura, y de los textos literarios, una pieza clave del esquema cognitivo. La lectura crea mucha información que conforma nuestra persona cultural. Este hecho hace de la lectura, y de los textos literarios, una pieza clave del esquema cognitivo. (Fontana, A. A; 2005).

Para entender la competencia literaria debemos entender:

  • El texto literario es una fuente para el aprendizaje del idioma, la lectura es una habilidad para comprender el contexto.
  • El texto literario contribuye a la construcción de la competencia cultural y por tanto refleja la realidad de la lengua.
  • A través de la lectura de textos desarrollaremos la competencia literaria.

Dentro del campo lector, por un lado, conviene distinguir entre competencia lectora y comprensión lectora, siendo un lector competente aquel que es capaz de acceder al significado pleno de sus enunciados (Lluch & Zayas, 2015).

En esta línea, para Culler (1975), la competencia literaria no se trata de la lectura sino del conocimiento de los textos literarios. Potenciar el aprendizaje del significado de un texto define la literatura en su concepto. La competencia literaria es la capacidad que tiene todo individuo para leer un texto literario, comprendiendo algo más que las palabras. Comience con una comprensión básica del texto hasta llegar al punto donde; a través de la combinación de conocimientos lingüísticos, culturales, cognitivos y socioculturales; es posible identificar lo que el autor trató de decir con las palabras que usó.

En conclusión, la competencia literaria es un concepto relevante para la enseñanza de la literatura. La competencia literaria consiste en el dominio de las habilidades orales y escritas a través de la lectura y la escritura. Para entender qué es la competencia, debemos relacionar la lectura con la literatura. La lectura nos acerca a la literatura. Así, la literatura está en la base de la lectura. La lectura nos impulsa a comprender, expresar ideas, interpretar, opinar, comprender y analizar, ya partir de ahí crear nuestra propia interpretación.

4. La literatura como recurso de aprendizaje

Durante los primeros años, la educación impartida debe promover el progreso de todos los aspectos y dimensiones que componen al ser humano. La literatura es un recurso educativo muy importante que facilita el desarrollo de contenidos. La literatura es capaz de desarrollar otras habilidades en el aula. Una herramienta que consigue motivar a los alumnos, enseñar conceptos y transmitir. Es un contexto auténtico en el que el lenguaje es protagonista y se desarrolla. Transporta a los alumnos a la dimensión humana (Madrigal-Játiva, J. L; 2014). La literatura es una expresión de la cultura, revela un contexto específico que contiene una interpretación. (Madrigal-Játiva, J. L; 2014). Por tanto, un texto literario ayudará al alumno a ser capaz de reproducir un contexto, comunicar, construir la realidad e interiorizar una realidad más allá. Por tanto, el texto literario, y según Sanz (2000) la literatura, consigue ser una fuente inagotable de aprendizaje, tanto de la lengua como de la cultura y los contenidos, donde se desarrollan no solo la competencia lingüística sino otras habilidades como la cultura.

La capacidad de crear significado y al mismo tiempo crear vida y contenido. La literatura lleva a los estudiantes a recrear el mundo, a interiorizar su propio mundo y nuestro contexto, lo que nos hace interpretar. No todos tenemos la misma interpretación, y esa es la ventaja de la literatura. Se las arregla para crear contenido diferente y contenido en el texto de una manera diferente. (Lotman, 1979) Este conjunto de saberes que nos trae la literatura es una semejanza con los saberes de la vida, que construyeron nuestra trayectoria. Descubrir el mundo es una trayectoria que a través de la literatura vemos cómo el escritor explica un contexto, un escenario y nos enseña cosas distintas a lo conocido. El proceso de lectura es, por tanto, de gran importancia en el aprendizaje del niño.

Khatib (2011) señala que estudiar literatura con el lenguaje es un recurso muy interesante ya que llena de significado el contenido y logra el interés del estudiante. Otros autores como Collie y Slater (1987) afirman que la literatura proporciona a los estudiantes una amplia variedad de elementos sintácticos y léxicos. Los estudiantes se familiarizan con las características del lenguaje, las funciones del habla, la variedad de textos. Mejorar su competencia comunicativa.

Gracias a todas las posibilidades que ofrece la literatura, es posible desarrollar las cuatro habilidades básicas en el aula (expresión oral, expresión escrita, comprensión oral y comprensión escrita) a través de los diferentes géneros. (Lorenzo Alonso, E; 2021). Así como el desarrollo de la competencia 10 y 11 del Currículo de Educación Primaria (2019) que consiste en “comprender y valorar textos literarios sencillos, propios de la edad o auténticos. (10)” y “reproducir oralmente y reescribir textos literarios sencillos para disfrutar y fomentar el disfrute de los demás. (11)”

La literatura, asimismo, tiene el poder de desarrollar valores. Ghosn (2000):

“Otra razón de peso para usar la literatura en una clase de idiomas es el poder potencial que tiene la buena literatura para transformar, cambiar actitudes y ayudar a erradicar los prejuicios mientras se fomenta la empatía, la tolerancia y la conciencia de los problemas globales” (p. 176). Por tanto, tenemos que reconocer que los textos literarios tienen la capacidad de reflejar una sociedad y son un importante potencial para conocer aspectos de ella.

Uno de los enfoques principales para el uso de la literatura como recurso de aprendizaje es la metodología del "Enfoque basado en el lenguaje" de Lazar (1993). Este enfoque está en el uso de textos literarios como ejemplos reales del idioma para que los estudiantes aprendan el contenido de manera contextual.

De manera similar, Carter y Long (1991) presentan la literatura como un recurso capaz de construir el lenguaje, encontrar palabras desconocidas, confrontarlas, responder y, lo más importante, interpretarlas. Su modelo presenta tres modelos de aprendizaje que potencian el crecimiento humano a través de la literatura. En primer lugar, el modelo lingüístico, en el que los alumnos prestan atención al texto, al vocabulario y al uso de la lengua. En segundo lugar, el modelo de crecimiento personal en el que los alumnos crean su propia opinión y expresan su perspectiva. Y el modelo cultural de la literatura como contexto para comprender la cultura y el contexto en un texto.

Mustakim, S. S., Mustapha, R. y Lebar, O. (2018) presentan la literatura también como un recurso para promover la alfabetización y el dominio del idioma. Él cree en la literatura como un potenciador de lo que es la vida en el mundo real. La perspectiva del autor es que la literatura es un recurso que enriquece la comprensión del mundo que nos rodea, desarrolla la imaginación y evoca nuestras propias situaciones. La comprensión de los conceptos permite a los niños comprender las tradiciones y los valores, y tomar conciencia de las funciones del lenguaje en la comunicación.

La literatura nos lleva así a pensar que es una forma indirecta de aprender conceptos. Entender que aprender un idioma es simplemente aprender reglas gramaticales es un error.

Enseñar una lengua no puede ser enseñar fríos esquemas gramaticales ajenos a cualquier acto comunicativo. El objetivo es evitar que los conocimientos lingüísticos de los alumnos se vuelvan estériles, una acumulación inútil de conocimientos que no saben cómo poner en práctica fuera del aula. ¿Qué sentido tiene que los alumnos resuelvan rápida y mecánicamente miles de ejercicios, dominados por la perfección formal, pero carentes por completo de veracidad comunicativa? Para evitar que el conocimiento gramatical se convierta en algo externo, no interiorizado, para el estudiante extranjero, es necesario especificar claramente los contextos en los que se puede utilizar este material lingüístico.

(Calderon Camps & Garcia Godoy, 1993: 141)

Por supuesto, cuando un escritor decide componer una obra literaria, no pretende usarla para enseñar el idioma, sino para perseguir un doble objetivo completamente diferente: por un lado, iniciar comportamientos comunicativos con sus lectores, y por otro. por otro lado para distraerlos y hacer que disfruten de la lectura.

De igual forma, es necesario resaltar la capacidad de la literatura para motivar a los estudiantes en el proceso de enseñanza-aprendizaje; Así lo han confirmado autores como Alan Bird (1979), quien ha demostrado que “con el uso de textos literarios auténticos en el aula, los alumnos no solo obtienen una mayor motivación, sino que también pueden observar que su confianza y habilidades lingüísticas aumentan con el tiempo. tiempo. a medida que aprenden.” tienen sentido de manejar documentos y literatura de la “vida real” (Abaldejo García, 2007: 7)

No en vano, se debe promover la motivación como elemento fundamental en cualquier proceso de enseñanza, como facilitador del aprendizaje; Por ello, es importante conocer los gustos y preferencias literarias de los alumnos a la hora de seleccionar textos o pasajes con los que trabajarán en clase, porque como afirman Sitman y Lerner (1996: 227), “Si se eligen textos literarios, entonces , puede despertar en los estudiantes la motivación por la lectura e incluso mejorar sus habilidades de comprensión lectora”.

Por otro lado, según Albaladejo García, el carácter universal de ciertos temas literarios es otra razón por la que es posible su explotación, ya que temas “como el amor, la muerte, la vejez, la amistad, etc., son comunes a todas las culturas, hacen una obra literaria [...] acercarse al mundo del estudiante y hacerlo familiar" (2007: 6) ). Esta universalidad puede contribuir a que algunos textos de épocas anteriores sean aún más actuales o relevantes para los estudiantes su tema, para indicar que el tema se encuentra en muchos estudios literarios de diferentes países.

Actualmente, los enfoques didácticos consideran que la literatura en el aula es considerada un referente lingüístico. Un referente que cada vez es más útil para el desarrollo de habilidades, hasta el punto de que podemos aprender lengua, literatura y cultura. Brindan múltiples usos a través de textos literarios, tanto orales como escritos. Cada vez son más los docentes que utilizan la literatura como medio didáctico en la práctica del aula.

La literatura, al menos, puede catalogarse como una fuente inagotable de recursos, posibilitando el aprendizaje de aspectos literarios, gramaticales, culturales y lingüísticos. Por lo tanto, su uso es de gran valor para desarrollar las habilidades de los estudiantes. Considera este recurso imprescindible para cualquier aprendizaje. En definitiva, las posibilidades didácticas de la literatura la han revalorizado y se está integrando cada vez más en el proceso de aprendizaje. Siempre que se apliquen las estrategias adecuadas, permitirá el aprendizaje y el desarrollo.

El uso de la literatura, en la actualidad, forma parte de la enseñanza y aprendizaje de lenguas en el uso funcional de la lengua. Los textos literarios aportan contenido lingüístico y potencial para practicar las 4 habilidades (hablar, escuchar, leer y escribir). También nos ayudan como recurso de sensibilización, proporcionando un modelo de lenguaje para quienes lo escuchan y lo leen.

Conclusiones

En conclusión, la presente investigación tuvo como objetivo demostrar el proceso de enseñanza-aprendizaje de la literatura como un recurso potencial para el aprendizaje de una lengua extranjera, el inglés. Partiendo del punto inicial de cómo aprendemos el lenguaje, las aportaciones de diferentes investigadores que han propuesto las teorías más importantes sobre la adquisición del lenguaje (Vygostky, Bruner, Carter, Skinner...). Estos han servido como punto de partida para programar la adquisición del lenguaje a través de la literatura. En la que hemos observado que la literatura es un recurso muy útil para el aprendizaje de una segunda lengua. Los estudiantes aprenden vocabulario, estrategias, interpretaciones, aspectos dentro de un contexto real que mejoran su competencia literaria. La literatura tiene una función educativa que involucra al educando de manera personal en el aprendizaje. Los textos literarios enriquecen y estimulan el lenguaje. Hacen que los alumnos sean conscientes de lo que aprenden como su propio idioma. Por tanto, se puede establecer como un recurso para el aula de inglés que va mucho más allá y garantiza muchas posibilidades.

REFERENCIAS

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