La educación secundaria es una etapa educativa de gran trascendencia para el desarrollo del alumnado. Una de las problemáticas a las que tiene que hacer frente el alumnado es el afrontar las continuas decisiones que se les presentan. Por ello, se ha de dotar al alumnado de una formación que le permita desarrollar su proceso de toma de decisiones y de transición que le ayude a determinar su proyecto personal y profesional (Álvarez, Guiu y Escoda, 2021).

Este artículo se centrará en conceptualizar las características de la orientación académica y profesional del alumnado en la actualidad, así como sus áreas de trabajo. Seguidamente, se introducirá el concepto de toma de decisiones y algunos aspectos generales. También se detallarán las variables más comunes que intervienen en este proceso y, por último, se hablará de la importancia que posee la madurez vocacional en la toma de decisiones.

Palabras clave:

Orientación académica y profesional, toma de decisiones, madurez vocacional, educación secundaria obligatoria.  


Secondary education is an educational stage of great importance for the development of students. One of the problems that students have to face is facing the continuous decisions that are presented to them. For this reason, students must be provided with training that allows them to develop their decision-making and transition processes that help them determine their personal and professional Project (Álvarez, Guiu y Escoda, 2021).

This article will focus on conceptualizing the characteristics of the academic and professional orientation of students today, as well as their areas of work. Next, the concept of decision-making and some general aspects will be introduced. The most common variables involved in this process will also be detailed and, finally, the importance of vocational maturity in decision-making will be discussed.

Keywords:

Academic and profesional guidance, decision making, vocational maturity, secundary education.


1. Introducción

La orientación académica y profesional es una problemática de indudable interés en el ámbito académico, sobre todo si pensamos en el contexto actual de crisis de no pocas profesiones en una época de transformaciones sociales y de cambios muy relevantes en el mundo del trabajo, cargados de incertidumbre. Por lo tanto, el estudio e indagación sobre la orientación académica y profesional y en concreto sobre el proceso de toma de decisiones, se ha convertido en una cuestión prácticamente insoslayable en la práctica.

La concepción de orientación académica y profesional tradicional ha quedado obsoleta y por ello, es necesario reinventarse y adaptarse a lo que ahora demandan los alumnos, que es una orientación que les dote de competencias y recursos que poder desplegar en el contexto social cambiante en el que se encuentran enmarcados y así poder adaptarse a él (Palomo, 2019).

Lo mismo ha sucedido con el proceso de toma de decisiones, ya que actualmente se ha demostrado que es un proceso que se desarrolla a lo largo de la vida del sujeto y no solo en momentos puntuales (Álvarez y Obiols, 2009).

Por tanto y debido a que los estudiantes en la etapa de educación secundaria comienzan a indagar, conocer y preocuparse por las salidas académico-profesionales será necesario que los centros educativos tengan una buena orientación que ofrezca el asesoramiento y ayuda necesaria a sus estudiantes, para que así puedan conocerse a sí mismos y a su vez dispongan de los recursos adecuados para enfrentarse a todas las decisiones a las que tienen que hacer frente de la mejor manera posible (Rosa, 2015).

2. Orientación académica y profesional

En la actualidad, la orientación académica y profesional se entiende como un proceso de desarrollo de la carrera a lo largo de vida del sujeto, incluyendo tanto experiencias familiares, como escolares, profesionales, laborales y sociales que van perfilando la carrera de la persona (Álvarez y Bisquerra, 2012).

Actualmente, muchos investigadores dejan claro que la orientación académica y profesional ha tomado otro rumbo y que debe configurarse como un proceso que se prolongue a lo largo de la vida y de todas las etapas educativas del sujeto, para así dar lugar al desarrollo de habilidades de adaptación a los cambios, así como a la producción de jóvenes estratégicos, dinámicos, flexibles y abiertos a nuevos aprendizajes. Por lo tanto, los modelos tradicionales de orientación ya han quedado obsoletos, porque hoy en día, ya no basta con aportar información sobre las posibles vías educativas y profesionales, ahora lo que demandan los alumnos es la dotación de competencias y recursos que les ayude a enfrentarse al contexto cambiante en el que se encuentran y a adaptarse a él (Palomo, 2019).

En consecuencia, la orientación académica y profesional debe entenderse como un proceso de ayuda, que posee un carácter mediador y con un sentido cooperativo, dirigido a todas las personas en periodo formativo, de desempeño profesional y de tiempo libre. La finalidad de esta orientación es que la persona adquiera y desarrolle las capacidades necesarias para conocerse a sí mismo y conocer el entorno donde se encuentra, para así con toda esa información, ser capaz de tomar decisiones consecuentes con el campo profesional y sus intereses (Álvarez y Bisquerra, 2012).

Por último, se ha de decir que dicha orientación actúa sobre tres áreas de intervención fundamentales como son: el conocimiento de sí mismo, el conocimiento del entorno y la toma de decisiones (Álvarez y Bisquerra, 2012). En concreto, este artículo se centrará en comentar el proceso de toma de decisiones.

3. Toma de decisiones académico-profesionales

El proceso de toma de decisiones es un proceso continuo y secuencial, es decir, que no se limita a momentos puntuales, sino que se desarrolla a lo largo de toda la vida.

En concreto, la toma de decisiones puede concebirse como un proceso continuo de carácter cognitivo, emocional y social al que el alumnado debe enfrentarse desde edades muy tempranas. Se considera que este proceso se agudiza en la educación Secundaria, donde las decisiones son más difíciles de tomar, ya que conllevan la posesión de ciertas destrezas como son la madurez, la responsabilidad y el compromiso, para así poder tomar decisiones de una manera deliberada, consciente y reflexiva (Álvarez y Obiols, 2009).

Por tanto, se puede entender el proceso de toma de decisiones como un proceso continuo, donde el alumno debe conocer tanto la información sobre sí mismo, como la información académica y profesional y otras variables para así poder llevar a cabo un proceso de reflexión y deliberación para la posterior toma de decisiones.

En definitiva, el proceso de toma de decisiones requiere de una constante revisión en función de las nuevas informaciones que se le van proporcionando a la persona en el proceso de desarrollo de la carrera y todo ello conduce a tener que estar constantemente contemplando si reafirmamos la decisión tomada o si cambiamos la opción por otra (Álvarez y Bisquerra, 2012).

3.1. Aspectos generales en la toma de decisiones

En el proceso de toma de decisiones deben darse una serie de factores, que son los que van a determinar si se produce una decisión eficaz o no y algunos de ellos pueden ser: la realidad que envuelve al sujeto que ha de tomar decisiones; el conocimiento que ha de tener de sí mismo y de los demás; la suficiente información que debe tener sobre el problema a decidir; y los aspectos afectivo-emocionales que ha de tener presentes y que pueden ser favorecedores o no de la decisión (Álvarez y Bisquerra, 2012, p.219).

Por otro lado, un aspecto importante de la toma de decisiones son los modelos existentes de este proceso, en concreto para López (2009), existen dos modelos. En primer lugar, encontramos los enfoques evolutivos, en los que se piensa que todas aquellas decisiones que componen la elección de una determinada ocupación académica o profesional constituyen un proceso continuo y se llevan a cabo desde la infancia hasta la edad adulta. El segundo enfoque es el cognitivo-conductual, el cual tiene la concepción de que todas aquellas destrezas y habilidades que son necesarias para la toma de decisiones pueden ser enseñadas y aprendidas.

Seguidamente, como aspectos importantes a destacar de este proceso, se puede contemplar la existencia de una serie de actuaciones, que han de tenerse en cuenta para ayudar al sujeto y que según (Álvarez y Bisquerr,2012, p.221) son:

  • Ayudar al sujeto a conocerse bien.
  • Ayudarle a razonar.
  • Ayudarle a conocer las posibilidades que tiene.
  • Capacitarlo para tomar decisiones en base a las situaciones que se le presenten.
  • Desarrollar la capacidad tanto para saber elegir como para saber rechazar.
  • Desarrollar la capacidad de ser consecuente con la decisión tomada.

No obstante, también se debe prestar especial atención a las fases que componen el proceso de toma de decisiones, las cuales según (Granados 2009, p.5) son:

  • Definir la situación, explicitar lo que se desea y el tiempo límite para tomar la decisión.
  • Establecer un plan de acción; clarificar valores, beneficios y limitaciones.
  • Identificar alternativas, barajar las diferentes opciones.
  • Descubrir los resultados posibles, comparar las diferentes opciones.
  • Eliminar alternativas.
  • Llevar a cabo la opción elegida.

4. Variables que inciden en la toma de decisiones académico-profesionales

En la etapa de la Educación Secundaria, es el momento donde los estudiantes comienzan a explorar y conocer las ocupaciones y salidas académico-profesionales existentes, además de ir construyendo sus creencias de autoeficacia y consolidar sus intereses académicos (Rodrigues, Peña e Inda, 2015) Es en esta etapa donde los alumnos se encuentran ante la situación de que deben comenzar a elaborar sus primeras decisiones, las cuales serán fundamentales para su futuro personal y determinarán el trascurso de su vida.

Por tanto, la orientación debe ser tenida en cuenta como un método que ayude a los estudiantes a conocerse y comprenderse a sí mismos y a dotarles de recursos para que sean capaces de tomar decisiones adecuadas (Fernández, 2019)Más concretamente, la toma de decisiones debe ser comprendida como un proceso continuo y secuencial que necesita de una constante reflexión y revisión en función de las informaciones que el estudiante adquiere a lo largo de su vida, ya sean de autoconocimiento o del contexto en el que se encuentra (Rosa, 2015). Debido a esto, y a la importancia que tiene este proceso, se va a desarrollar a continuación, una exposición de las concepciones y las variables o factores que influyen en la misma.

Para comenzar, se ha demostrado que uno de los agentes que influyen en el proceso de toma de decisiones académico-profesionales que realiza el alumnado son los profesores. Estos influyen en la decisión que toman los estudiantes de manera indirecta y esta acción se ve mediada por variables como el rendimiento académico, el currículo, el ambiente escolar, los niveles de desempeño académico y las expectativas de los profesores (Carvalho y Taveira, 2014).

En numerosas investigaciones se ha comprobado que los estudiantes de secundaria fundamentan sus decisiones sobre la preferencia y el gusto personal y esto predomina por encima de otras variables como puede ser las diferentes salidas profesionales o el rendimiento académico previo. Sin embargo, también se observa como los diversos agentes sociales influyen en la toma de decisiones que realiza el alumnado, siendo los progenitores las personas que más influyen en los mismos por encima de los docentes y los grupos de iguales. Por tanto, es necesario tener en cuenta las múltiples barreras y apoyos del contexto social que rodean al estudiante y que van a tener una gran influencia en sus decisiones académicas (niveles de apoyo de los progenitores, familia, compañeros y docentes) (Rodríguez et al., 2015).

Por otro lado, la familia aparece como uno de los elementos clave en este proceso y toman una especial relevancia en las elecciones de los sujetos, ya que tienen una gran capacidad de influencia sobre los mismos. Los estudiantes no se percatan habitualmente de ello, pero las decisiones que realizan están marcadas de manera indirecta por las vivencias personales y por lo que han observado y experimentado en sus hogares.  Por tanto, el apoyo positivo de los padres hacia sus hijos provoca, ya no solo un aumento de la seguridad de los mismos a la hora de llevar a cabo sus elecciones, sino que, además contribuye al aumento de la confianza académica a la hora de enfrentarse a los numerosos retos que les van surgiendo (Fernández, 2019).

En consonancia con esto, se puede observar cómo las decisiones de los estudiantes se ven influenciadas por los distintos entornos de socialización en los que se enmarcan y por tanto sus elecciones se ven mediadas por factores individuales, contextuales y sociales, como la familia, el estatus socioeconómico, los iguales, la etnia, la comunidad, etc. (Fernández, Gracía y Rodríguez, 2016).

Seguidamente, se observa como el autoconcepto académico se torna como decisivo en este proceso de toma de decisiones y como una fuente de motivación que aumenta la sensación de los sentimientos de autoeficacia y competencia (Santana y Feliciano, 2009). Además de esto, la autoestima se postula como un elemento clave, ya que puede significar la acentuación de la confianza en sí mismo del sujeto, para explorar diversas alternativas y buscar información en diversas fuentes, sin temor a los elementos causales externos que puedan ocasionarse (Castro, 2015).

Además de todo lo comentado hasta ahora, autores como (Cepero, 2009, pp.100-101) han establecido clasificaciones de una serie de factores o variables que pueden influir en las decisiones académicas y profesionales como son:

  • Físicos (sexo, edad, pertenencia a minorías…).
  • Psicológicos (aptitudes, destrezas, intereses, madurez vocacional, personalidad…).
  • Pedagógicos o académicos (rendimiento académico, currículo escolar, estilo de aprendizaje…).
  • Institucionales (mundo laboral, sistema educativo).
  • Socioeconómicos (estructura sociofamiliar, nivel académico familiar, tamaño, profesión de los padres, recursos económicos, medios sociales…).

En relación con estas variables, aparecen otra serie de factores claves en este proceso que son distintos a los comentados hasta ahora y que resultan bastante interesantes. Entre los ellos se pueden encontrar la satisfacción vocacional, los valores laborales, la madurez vocacional, las expectativas universitarias y las competencias socioprofesionales (Cortés, 2017).(Cortés, 2017).

En definitiva, se cree necesario que el profesorado cree espacios o momentos donde pueda ayudar y asesorar a los estudiantes sobre cómo desenvolverse a la hora de afrontar el proceso de toma de decisiones y tengan los medios o recursos necesarios para hacerlo sin temor o miedo al fracaso. Para ello, sería fundamental que el profesorado tratará de ayudar al alumnado a conocerse bien, a razonar estimulando la reflexión, a conocer las posibilidades que tiene dotándole de medios adecuados para acceder a la información, a capacitarlos para tomar decisiones en función de las situaciones que se les presenten, a desarrollar la capacidad tanto para saber elegir como para saber rechazar y a desarrollar la capacidad de ser consecuente con la decisión tomada (Rosa, 2015, p.86).

5. MADUREZ VOCACIONAL

La madurez vocacional es definida por Super (como se citó en (Bisquerra, 2014) como:

La habilidad del individuo para hacer frente a las tareas necesarias para la carrera durante una etapa particular de la vida. Esta habilidad se evalúa comparándose con otros individuos que se están enfrentando a las mismas tareas en el mismo periodo vital (p. 251).

A partir de esta definición son numerosos los autores que tratan de delimitar este concepto, en concreto Lucas y Carbonero (como se citó en Santana, Feliciano y Santana, 2013, p.10) conceptualizan la madurez vocacional como: “el grado en que una persona adopta una decisión basada en el conocimiento de sus alternativas académicas y profesionales, previo análisis de sus valores, metas, intereses, habilidades y condiciones personales y sociales”.

Una vez hecha la aproximación conceptual, se ha de decir que existe consciencia de que la madurez y en concreto la madurez vocacional son aspectos complejos del desarrollo de la persona y por ello, se cree necesario el presentar e identificar algunas de las condiciones esenciales que deben producirse para que se alcance y desarrolle la madurez vocacional y que en concreto son (Granados, 2009):

  • Autoconcepto realista y positivo.
  • Conocimiento de las propias motivaciones e intereses.
  • Conocimiento de la oferta educativa y laboral.
  • Prever las implicaciones que una decisión puede tener a corto y largo plazo.
  • Expectativas de control del futuro profesional.
  • Estrategias específicas de decisión.

Sin embargo, existen una serie de momentos críticos en los cuales la madurez vocacional se hace especialmente importante para afrontar dichas situaciones lo mejor posible y algunas de estas situaciones podrían ser la elección de materias, la finalización de la etapa de la ESO o abandonar el sistema educativo a los 16 años sin conseguir el título de la ESO (López, 2009).

En definitiva, se puede decir que la madurez vocacional es un aspecto fundamental en este proceso de toma de decisiones académico-profesionales del estudiante, el cual debe ser consciente y poseer la madurez necesaria para comprender que las acciones y decisiones que tome en el presente son las que van a determinar el rumbo de su futuro académico o profesional y de su vida en general. Por lo cual, en este proceso de orientación académica y profesional tanto orientadores como profesorado deberían incidir al alumnado sobre este aspecto y hacerles ver que no están tomando una decisión trivial, sino que de ello depende su proyecto vital.

Conclusiones

Actualmente vivimos en una sociedad que se encuentra en continuo cambio, donde las leyes educativas cambian de manera constante. Por ello, como se ha visto, es necesario que el concepto de orientación académica y profesional evolucione y se adapte a las circunstancias y necesidades del alumnado y de la sociedad.

Por tanto, queda demostrado la necesidad que hay de capacitar al alumnado para que afronte de la mejor manera posible y tenga los recursos necesarios para enfrentarse a todas las decisiones a las que tiene que hacer frente desde temprana edad, y que intensifican durante la etapa de la educación secundaria, ya que de ello va a depender su futuro personal y profesional. Por ello, es vital que como docentes conozcamos todas estas cuestiones y variables que se presentan en este artículo.

REFERENCIAS:

Libros

  • Álvarez, M y Bisquerra, R (2012). La orientación académica y profesional. En M, Álvarez y R, Bisquerra, Orientación educativa: modelos, áreas, estrategias y recursos (pp.199-238). Madrid: Wolters Kluwer.
  • Bisquerra, R. (Coord.). (2014). Metodología de la investigación educativa. Madrid, España: Editorial La Muralla S.A.

Revistas

 
 
Grupo MasterD
Recomiéndanos en Google +

Master Distancia, S.A.© Tel. 900 30 40 30 | Fax 976 764 110 | oposiciones@masterd.es | Av. Manuel Rodríguez Ayuso 158 (antigua Ctra. Madrid, km. 314,8) | 50012 Zaragoza, España