Este artículo se centra en la importancia de la cohesión de grupos en las metodologías actuales basadas en el aprendizaje cooperativo. El objetivo es conocer los factores que influyen a la hora de mantener la unión dentro de un grupo. Para ello, se ha recogido información de diferentes estudios realizados en grupos escolares y deportivos de niños y niñas estudiantes de Educación Primaria y Educación Secundaria. La investigación nos muestra que hay diferentes factores que intervienen en la cohesión de un grupo. Es por eso que analizaremos el concepto de cohesión de grupos, los motivos de atracción, la resolución de conflictos y los roles.
Palabras clave
Aprendizaje cooperativo, cohesión de grupo, resolución de conflictos, roles.
This article is focussed on the importance of the group cohesion in nowadays methodologies based on cooperative learning. The aim is to shed light on the influencing factors that keep the union inside a group. Information of many different studies made in education and sporting primary school and high school groups is taken for that aim. The research revels there are many factors that intervene in group cohesion. That is why we will analyse the meaning of group cohesion, the attraction reasons, the conflict resolution and the roles.
Keywords
Cooperative learning, group cohesion, conflict resolution, roles.
El sistema educativo, a medida que va evolucionando la sociedad, también se ve obligado a evolucionar. A pesar de que el objetivo de al escuela lleva siendo el mismo varios años, formar personas capaces de vivir y participar de manera activa en una sociedad democrática, las metodologías han ido variando en función de las necesidades sociales.
A día de hoy, la mayoría de puestos de trabajo se basan en el trabajo en grupo y la fuerza de equipos de trabajo. Es por eso que, la enseñanza va evolucionando hacia esa idea. Autores como Bandura o Vigotsky, comenzaron a formular teorías del desarrollo evolutivo de las personas en las que la el grupo como concepto formativo empezaban a tener una mayor relevancia.
Actualmente, la mayoría de las nuevas metodologías que van apareciendo y van cogiendo peso en educación tienen un patrón común, el aprendizaje cooperativo. Para Santos, Lorenzo y Priegue (2009), el aprendizaje cooperativo es un enfoque pedagógico en el que se da una estructuración tal de aprendizaje que grupos heterogéneos de alumnos y alumnas pueden trabajar juntos hacia el logro de una meta compartida en el mismo proceso de aprendizaje.
Para que este enfoque pedagógico funcione, es clave que el grupo permanezca unido, con un sentimiento de equipo que implique una interdependencia positiva entre los miembros que lo conforman. Por lo tanto, para que el aprendizaje cooperativo sea posible, la cohesión de grupo es fundamental.
Se podría definir la cohesión como el como el proceso mediante el cual los miembros de un grupo permanecen unidos. Por tanto, la cohesión grupal es el campo total de fuerzas motivantes que actúa sobre las personas que integran un grupo y los mantiene unidas dentro del mismo. Esa cohesión, siempre ha tenido un gran valor por los beneficios que genera tanto al grupo como a cada uno de las y los componentes del mismo.
Estos motivos que logran que las personas se sientan atraídas por un grupo pueden ser de cinco tipos, interpersonales, hacia las actividades que realiza el grupo, hacia los objetivos del grupo, de pertenencia grupal y hacia la recompensa. Cuantas más razones simultáneamente se den lugar mayor será la cohesión grupal (Luthans, 2008):
La atracción interpersonal se refiere a factores como la proximidad, el atractivo físico, o la reciprocidad. La atracción hacia las actividades que el grupo realiza, evidencia que las personas con intereses similares se juntan con mayor facilidad. La atracción hacia los objetivos del grupo defiende que lo que une al grupo es la consecución de un objetivo final, como puede ser ganar una liga deportiva, un juego o hallar la respuesta a un problema. La atracción de la pertenencia grupal hace hincapié en que el mero hecho de pertenecer a un grupo es atractivo, sobre todo cuando se trata de pertenecer a grupos de mayor estatus. Por último, la atracción hacia las recompensas es una atracción más de tipo instrumental, cuando la consecución de un objetivo grupal trae consigo recompensa (material o no) el trabajo en grupo será más atractivo.
La atracción hacia los objetivos del grupo y la atracción de pertenencia al grupo, tienen un enfoque motivacional que también afecta a la cohesión del grupo, el enfoque a la tarea. En las últimas décadas, diferentes estudios han revelado que los líderes o docentes tienen una gran importancia en este papel (Duda y Balaguer, 1999). Desarrollaron un modelo integrado sobre los antecedentes y consecuencias de la conducta, en este caso del entrenador como líder, que establece relaciones entre el clima motivacional percibido creado por los entrenadores y las respuesta cognitivas, afectivas y conductuales del grupo.
El clima motivacional creado por el entrenador, en el marco de las teorías de las metas de logro, se define como la atmósfera psicosocial prevalerte en un equipo, que se caracteriza por un conjunto de facetas que incluyen tanto la estructura situacional, como los criterios que utilizan los entrenadores en su dinámica con el grupo (Ames, 1992). Esta misma teoría es aplicable a los grupos educativos que maneja un docente. El clima motivacional del grupo siempre va a estar influenciado por la dinámica que implante el docente y la atmósfera que este cree para dicho grupo.
Newton, Duda y Yin (2000) distinguen dos dimensiones, el clima de implicación en la tarea y el clima de implicación en el ego. La primera dimensión se caracteriza por el educador o la educadora que lidera el grupo enfatiza el aprendizaje cooperativo, da valor a la mejora y el esfuerzo, y hace ver que cada integrante es parte fundamental del grupo. El clima de implicación en el ego, por el contrario, fomenta la rivalidad entre compañeros, muestra un reconocimiento desigual hacia cada miembro del grupo, y utiliza el castigo como consecuencia de los errores. Ambos influyen en la cohesión del grupo. Mientras que el clima orientado a la tarea fomenta la colaboración entre los miembros del grupo, favorece la comunicación interpersonal, la coordinación y el sentimiento de similitud entre los componentes, la implicación en el ego estimula la rivalidad, la desconfianza y pone en riesgo la unidad del grupo.
Heuzé et al. (2006), analizaron la relación entre el clima motivacional y la cohesión de grupo entre jugadoras de élite de balonmano y baloncesto. Los resultados reflejaron que la orientación a la tarea favorecía a la cohesión basada en los objetivos del grupo, mientras que la orientación al ego, creaba desavenencias tanto en la atracción a la tarea como a la atracción social. Eys et al. (2013), en un estudio posterior, demostraron que la orientación a la tarea no sólo favorecía la cohesión del grupo enfocada a los objetivos, si no que también fomentaba la atracción social, es decir, la atracción interpersonal y la atracción de pertenencia al grupo.
Otros dos factores asociados al clima motivacional son la motivación intrínseca (regulado por motivos personales) y la motivación extrínseca (regulado por agentes y factores externos. Balaguer (2007) defiende que los factores sociales tienen gran importancia en los procesos motivacionales. El enfoque a la tarea influye positivamente en la motivación intrínseca, factor que va a favorecer a la cohesión del grupo y al sentimiento de unidad en el esfuerzo realizado. Por el contrario, el enfoque al ego, promueve la motivación extrínseca pudiendo incluso generar la no motivación, provocando así que el grupo sea más débil como unidad.
Por ello, la labor de los educadores y las educadoras es fundamental a la hora de mantener un grupo cohesionado y motivado. Todo depende del enfoque que aporte y que los componentes del grupo perciban. Si ven que el docente le da mayor importancia a la tarea, a la progresión y al esfuerzo, la motivación será más alta y favorecerá la lucha por unos objetivos comunes dentro del grupo. Sin embargo, si perciben una actitud negativa hacia los errores y prima el resultado, las disputas internas crecerán y se acabará rompiendo la unión del grupo.
Otro factor fundamental para que un grupo funcione, es la comunicación interna, ya que gracias a ella se podrán resolver los diferentes conflictos que aparezcan guante el proceso de aprendizaje. Los conflictos son situaciones en las que dos o más personas entran en oposición o desacuerdo a causa de la incompatibilidad de sus intereses, necesidades, valores o deseos. Para resolver una situación así, hay dos condiciones básicas que se tienen que dar. El primero es reconocer que hay un conflicto e intentar hacerle frente mediante el diálogo y desde un abordaje objetivo. El segundo es definir las posiciones de interés para tener claro que pretende conseguir cada parte.
Una vez reconocido que hay un conflicto y haber aclarado los intereses de cada parte, es fundamental buscar una alternativa posible y escoger la mejor, siempre teniendo en cuenta cual es el objetivo que se quiere alcanzar y los intereses de ambas partes.
Por ello, el docente debe nutrir al grupo de diferentes herramientas para poder resolver sus propios conflictos. Algunas de las herramientas propuestas por Hellison (1978, 1991, 1995, 1998) son los sit-out, tiempos dedicados a recapacitar cuando una persona se enfada fuera de la actividad, los planes para modificar conductas no deseadas dentro del grupo, pudiendo ser revisado en caso de no funcionar, dar la oportunidad de rectificar y pedir perdón cuando se comete una injusticia teniendo que ser recompensada esta acción mediante una acción acordada entre los miembros del grupo, aplicar tiempos muertos para reconocer y resolver el conflicto antes de continuar con la tarea con un funcionamiento similar al sit-out, el banco de problemas, enfocado a resolver conflictos a través de la comunicación con ayuda de un mediador externo al grupo, evaluaciones recíprocas que buscan resolver el conflicto a través de la empatía, y la más común, la firma de contratos con normas establecidas por los propios miembros del grupo.
En caso de que estas medidas no tengan sus frutos se creará un tribunal. Este tribunal estará formado por tres personas de otros grupos que actuarán como mediadores del conflicto de forma imparcial. Como último recurso, si el conflicto sigue sin resolverse, se establecerá un plan de emergencia. Consiste en tomar una decisión para solucionar el conflicto, por lo general echada a suertes, con el fin de terminar con el conflicto y que no se alargue en el tiempo.
Por último, analizar otro aspecto que no podemos dejar de lado a la hora de hablar de grupos que son los roles. Los roles son modelos de conducta, posiciones de cada individuo en un conjunto de interacciones (Ibarra y Rivera 2015). Estos están ligados a expectativas propias y de los otros. Cuando un grupo se pone en funcionamiento, aparecen una serie de roles en relación con la función que cumplen dentro de él.
Esto se extiende a todos los tipos de grupos: grupo familiar, grupo de trabajo, grupo de deporte, grupo musical, e incluso en un grupo de amigos.
(Podcamisky G., M., 2006) Se focalizan en la coordinación de los programas o actividades que plantea el grupo a fin de solucionar los problemas básicos que se tiene como grupo.
Cada integrante del grupo puede o tiene el derecho de ejercer más de un rol dentro del grupo; estos tienen que ser encabezados (motivados) tanto por el líder como por sus miembros:
Todos los roles tienen importancia a la hora de formar un grupo, pero quizás, el de mayor relevancia sea el rol del líder.
El líder va a ser la persona que guíe al grupo hacia sus metas e intente satisfacer sus necesidades. Según Castillo (2007), esta figura orienta y conduce al grupo hacia unos objetivos determinados manteniendo la cohesión grupal. Además, el resto de integrantes reconocen su autoridad y acatan sus órdenes.
El líder se centra en el bienestar social y emocional de todos los miembros del grupo, mantiene la cohesión, facilita la comunicación y el rol de tarea. Es el encargado de hacer de animador cumpliendo con las funciones anteriormente citadas y con la de regulación, es decir, de controlar los sentimientos y emociones de los integrantes del grupo. La conjunción de los dos roles en la misma persona denota un liderazgo madura y una mayor satisfacción grupal (Lirón Ruiz, Y 2010).
Conclusiones
Una de las conclusiones más importantes que se puede extraer de la investigación es que una de las labores del docente es conocer los diferentes tipos de roles que se puede encontrar en el aula para poder formar grupos heterogéneos. A la hora de formar grupos conviene que haya un número repartido de roles para que durante el desempeño de diferentes tareas no surjan roces y conflictos entre los participantes del grupo. La primera pieza a identificar es la de líder, ya que éste va a ser el encargado de guiar al grupo y es necesario que el resto de componentes reconozcan su autoridad para tal fin.
De la misma manera, otra de las labores del docente es conocer los intereses del alumnado para poder realizar grupos cohesionados basados en las razones de atracción entre personas. Es importante conocer los intereses, los valores y los objetivos de los y las discentes para intentar conseguir que más de un factor de atracción coincida.
Del mismo modo, es labor del docente crear un clima motivacional apropiado para fomentar la cohesión y la unión dentro del grupo. Enfatizando en la tarea, los objetivos y metas del grupo serán comunes, la motivación intrínseca será mayor y la comunicación interpersonal será más fluida.
Por último, destacar la importancia de la comunicación. Es fundamental, como he mencionado anteriormente, que exista una comunicación fluida y abierta entre los componentes de un mismo grupo. No solo para poder alcanzar las metas comunes que pueden establecer, sino para resolver los conflictos y las desavenencias que puedan aparecer a lo largo de las diferentes tareas. Por eso es importante que los integrantes de cada grupo conozcan diferentes herramientas para poder resolver los conflictos que puedan surgir y conseguir llegar a un acuerdo sin que pase a mayores.