Este artículo abarcará una de las problemáticas socioeducativas del sistema educativo: abandono prematuro y abandono escolar.
Palabras clave
Educación, problemáticas socioeducativas, Sociedad del Conocimiento e Informes educativos
This article will cover one of the socioeducational problems of the Spanish educational system: premature dropout and school dropout.
Keywords
Education, socio-educational problems, Knowledge Society and educational reports
La Sociedad del Conocimiento (Sarceda Gorgoso, 2018) reclama a los jóvenes la obtención de credenciales, títulos y certificados con la finalidad de mostrar sus competencias ante un mercado laboral competitivo. Esta situación genera a su vez un mercado educativo también competitivo. La lucha por la obtención de credenciales supone una práctica coleccionista de títulos además de provocar la pérdida del valor de estos. Sin embargo, esta situación no se establece de manera generalizada ya que no todos los jóvenes permanecen en el sistema educativo, es decir, en la lucha credencialista (Villar 2018-2019).
Martinez García (2009) propone la distinción entre fracaso de rendimiento escolar y fracaso escolar administrativo. El primer término se acuña cuando los conocimientos que se miden mediante pruebas de evaluación no son suficientes. El segundo concepto hace referencia a la no certificación del titulo educativo mínimo por parte de la administración.
Se suelen emplear dos términos diferenciados: el abandono educativo temprano/prematuro y el fracaso escolar.
El abandono escolar temprano/prematuro presenta un perfil sociológico y una serie de características sociodemográficas vinculadas, de manera que en relación a estas características unas personas tendrán más probabilidad que otras de abandonar el sistema educativo. Además, se trata de un concepto de la Unión Europea y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) que se basa en una encuesta que no es educativa que es la EPA (Encuesta población activa). Esta encuesta se establece a través de un procedimiento de muestreo estandarizado y calcula el porcentaje de jóvenes entre 18 y 25 años que no estudian y que no tienen un título postobligatorio sino que tienen que tener Formación Profesional Básica, Grado Medio o Bachillerato. Sin embargo, el concepto de fracaso escolar implica el no conseguir el graduado escolar. (Booooo Iniciativa Social-Educación 2013).
Por lo tanto, el abandono y el fracaso escolar se configuran como una de las problemáticas socioeducativas que generan preocupación y debate.
Los conceptos de abandono y fracaso escolar son dos términos análogos que no podemos considerarlos como sinónimos cuando se abordan epistemológica y empíricamente. Ambos conceptos se deben de entender teniendo en cuenta las características exógenas, las condiciones de vida y la posición y estructura social.
Actualmente se dice que una de las características que definen el ámbito educativo español es el alto porcentaje de alumnado que abandona el sistema educativo sin haber alcanzado los conocimientos mínimos establecidos para la enseñanza obligatoria.
Esta situación es lo que se denomina bajo el concepto de fracaso escolar el cual se define como “el hecho administrativo de no lograr el título académico mínimo” (Saturnino, 2009:56). Esta situación puede conducir al alumnado a la exclusión social ya que, “la formación es el mejor aval para fomentar la inserción social de la juventud” y, además, encontramos que “los guarismos de los chicos son superiores a las de las chicas” (Aramendi Jauregui, Vega Fuente, Buján Vidales, 2012). Teniendo en cuenta que nos encontramos en la Sociedad del Conocimiento, las personas que no presenten ningún tipo de cualificación presentarán más dificultades tanto sociales como laborales que aquellas personas que estén cualificadas. Esta afirmación se respalda con la siguiente cita textual: “quien fracasa en el sistema educativo corre un riesgo mayor que en el pasado de ver también negado el acceso a otros derechos como el trabajo o vivienda, debido en parte a los cambios en las dinámicas de trabajo” (Marhuenda, 2006).
La Sociología de la Educación identifica los agentes de socialización además de los sistemas educativos y su relación con otras esferas como son la política, la economía y la cultura.
Asimismo, en la educación intervienen numerosos factores y, por lo tanto, estamos hablando de un concepto muy complejo en el que intervienen factores políticos,económicos,sociales, pedagógicos y didácticos.
Los especialistas emplean dos instrumentos a la hora de evaluar un sistema educativo, uno de ellos consiste en hacer una comparación interna del sistema en comparación con su pasado más reciente para saber su propia evolución.
Otro elemento es la comparación del sistema educativo con el sistema del entorno cultural que en el caso español es el europeo. Por un lado, cabe destacar que los datos de Eurostat correspondientes al caso español en el año 2016 muestran que lidera el abandono escolar prematuro porque presenta unas cifras superiores al 20% (Sarceda-Gorgoso, 2018). Y también, el estudio realizado por el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas sobre el abandono educativo temprano destacan que en “la comparación con los valores medios de la Unión Europea permite observar con claridad que se trata de un problema especialmente intenso en España” (Serrano, Hernández, Sabater, 2013).
Las diferencias por comunidades autónomas de este indicador son las siguientes: en el año 2017 el resultado es de un 18,3% para el estado español y de un 20,03% para el caso valenciano; las Islas Baleares obtuvieron un 26,5% y el caso más bajo fue Euskadi con un 7%. En 2007 el porcentaje de abandono escolar prematuro para el caso del conjunto del estado español fue de un 30,8% y en el caso valenciano fue de un 31,2% (Villar, 2019). Por otro lado, el estudio del Informe PISA se lleva a cabo por la OCDE y tiene como propósito medir a nivel mundial el rendimiento académico de todo el alumnado tanto en matemáticas como en ciencia y en lectura. Tiene la finalidad de proporcionar cifras comparables que faciliten a los países establecer medidas para mejorar sus políticas y resultados educativos. De esta manera, el informe PISA evalúa al sistema educativo.
Este estudio se realiza cada tres años desde el año 2000 en estudiantes de 15 años mediante unos exámenes estandarizados (Popkewitz, 2013). En este informe, los indicadores de abandono y fracaso escolar del sistema educativo español generan una gran preocupación para la sociedad. Desde el curso 1999-2000 hasta finales de la de década la tendencia que ha presentado la evolución del fracaso escolar ha sido al alza ya que en este contexto ha oscilado entre el 27% y el 31%. Estas cifras establecen que España se encuentra lejos de reducir la tasa de fracaso escolar al 10%.
Estos datos que se están manejando se materializan en el hecho de que un tercio del alumnado entre 18 y 24 años abandona el sistema educativo y el 31,2% del alumnado de la ESO no logra el graduado en Educación Secundaria. Oficina Europea de Estadística de la Comisión europea, la cual, realiza los datos sobre la Unión Europea. Informe PISA. Las siglas traducidas al español significan Informe del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes.
En 2009 situaron por debajo de la media el sistema educativo español: en comprensión lectora se obtuvo un 481 frente a los 556; en capacidad matemática 483 frente a los 600 y en resolución de problemas científicos 488 frente a los 575 de Shanghái (China). En ese mismo año, la tasa de fracaso escolar fue de un 26,5% mientras que la tasa de abandono escolar temprano/prematuro fue de un 31% frente al 14,4% de promedio. (Booooo Iniciativa Social, 2013). No obstante, las comunidades autónomas que obtienen porcentajes inferiores de fracaso escolar son Galicia, Asturias, Cantabria, Castilla-León, La Rioja, País Vasco y Navarra (Saturnino, 2009).
Para contextualizar los anteriores datos acerca del abandono y el fracaso escolar, se tiene que tener en cuenta la denominada Gran Recesión económica en la que se vieron afectados diversos países de la Unión Europea. Esta crisis se vincula estrechamente con el ámbito educativo porque han afectado al ritmo y la tendencia de los indicadores educativos. Esta vinculación se debe en parte a que esta crisis económica percibió los efectos del aumento de la pobreza infantil ya que en 2007 el porcentaje de riesgo de pobreza en menores de 16 años era de 23,6% que aumentó 3 puntos en el año 2011 (INE); el detrimento del poder adquisitivo de las familias que a partir del año 2007 los hogares en los que no trabajaba ningún adulto se disparó un 290% (Informe UNICEF 2014). Por lo tanto, son situaciones que se engloban dentro de lo que se denomina problemática socioeducativa.
No obstante, el Abandono Escolar Prematuro en la gran mayoría de los países de la Unión Europea se ha reducido como consecuencia de la crisis económica (Tarabini, A. 2018). Como elemento positivo se destaca que en el conjunto de los países de la OCDE los jóvenes de familias trabajadoras presentan un mejor rendimiento académico por lo que se materializa en que el sistema educativo español sea más equitativo y por ende más justo (Informe Pisa 2015). Y por ello, Alicia Villar (2018-2019) establece que “las estrategias de clase de las familias también explicarán el rendimiento educativo y la adaptación de sus hijos e hijas con mayor o menor éxito en el centro educativo”.
En este sentido, Rué (2006) considera que los elementos que determinan la igualdad de oportunidades y el éxito o fracaso del alumnado en el ámbito educativo son el nivel socioeconómico y socioeducativo de las familias, sus costumbres, creencias y el origen social. Del mismo modo, Ferrer, Valiente y Castel (2010) determinan que el factor más concluyente de los resultado del alumnado es el entorno socioeconómico de las familias. También, Serna, Yubero y Larrañaga (2010) afirman que en el rendimiento académico del alumnado inciden los factores socioculturales y las variables psicosociales. Por lo tanto, destacan que el fracaso escolar contribuye a prolongación de las desigualdades sociales y se puede afirmar que un alto compromiso por parte de las familias influye de manera positiva en los resultados académicos.
El término modernidad sólida significa que en el pasado la sociedad estaba estancada, era reticente a cambios, un mundo por lo tanto controlable, imaginable y rutinario. Sin embargo, con el término modernidad líquida, el autor hace referencia a que la sociedad se caracteriza por la rapidez, la flexibilidad, el cambio y la adaptación y con ello pretende crear una metáfora que incide en esa idea de cambio y fluidez. Con este nuevo término se vaticina que la sociedad ha cambiado (Zygmunt, B., 2007). De esta manera, estos cambios en muchas ocasiones colisionan con la estabilidad del currículum de las Ciencias Sociales y con el empleo de metodologías docentes tradicionales y/o poco participativas (Pagès, J. 2009). Por lo tanto, no se trataría exclusivamente de establecer medidas de atención a la diversidad sino también modificar las bases en las que se sustenta el sistema educativo actual y, por ende, recae sobre el sistema educativo una renovación partiendo de propuestas curriculares, pedagógicas y de organización donde tenga lugar todo el alumnado (Tarabini, A. 2018).
Las medidas extraordinarias de atención a la diversidad han ido aumentado en el sistema educativo español, sin profundizar en todas las posibilidades que provienen de las medidas ordinarias. De tal manera que, se han desarrollado distintas maneras de segregación internas dentro del propio sistema educativo mediante el cual ciertos grupos de alumnado son excluidos, tanto de su grupo de referencia como del currículum ordinario. No obstante, la atención a la diversidad debe ser una práctica destinada a todo el centro educativo y al alumnado en general y no aplicarse exclusivamente al estudiante determinado como especial (Martínez, 2005; Escudero, 2007). En este sentido, se destaca la siguiente cita textual: “la educación comprensiva y la atención ampliada a las diversidades continúan siendo un reto de nuestro sistema educativo que requiere no solo de la voluntad docente, sino también de medidas políticas para hacer posible el binomio” (Tarabani, A. s. f). La autora define como atención a la diversidad las diferencias de los/las estudiantes que están vinculadas con la variabilidad del proceso instructivo (García, 2002). Por lo tanto, “un sistema educativo eficaz debe conseguir que todos los estudiantes logren los objetivos de la etapa, cualquiera que sean sus características sociopersonales” (García, 2002).
Conclusiones
Siguiendo la línea de lo anteriormente expuesto y, en relación con el abandono y fracaso escolar, podemos decir que “el fracaso escolar es como un paraguas que acoge múltiples realidades fácticas, cotidianas o personales y también estructurales y sistémicas, difíciles de aprehender, relacionar y combatir” (Escudero, 2005).
“La educación obligatoria debe ser más integradora y menos selectiva”(Aramendi Jauregui, Vega Fuente y Buján Vidales, 2012) con tal de combatir el fracaso escolar desde la perspectiva de una escuela más justa y equitativa.
En definitiva, los resultado del informe PISA están relacionados con la inversión pública en educación. De hecho, existe una correlación más directa “entre PISA y PIB que entre PISA y certificación de educación secundaria obligatoria”(Villar, 2019). Por lo tanto, el concepto fracaso está vinculado con el nivel de igualdad o desigualdad de un país, tal y como lo manifiesta la autora en la siguiente cita textual sobre los análisis a partir de los resultados PISA: “los sistemas educativos que consiguen avanzar más en términos de rendimiento son precisamente aquellos que avanzan más en términos de equidad, hecho que demuestra que existe un falso debate entre excelencia y equidad” (Tarabini, A. 2018).
Finalmente, se muestra cómo el éxito y el fracaso escolar están intrínsecamente relacionados con las condiciones escolares en concepto de composición social y con la vivencia del propio alumnado.
Por lo tanto, podemos confirmar que “la reducción del fracaso y el abandono escolar es un objetivo prioritario de las agendas de política educativa contemporánea. Gobiernos locales, autonómicos y estatales, así como organismos internacionales de diferente tipo (Unión Europea, OCDE, UNESCO, etc.) establecen esta lucha como una prioridad clave. Y no es de extrañar, ya que todo y la gran cantidad de tiempo y esfuerzos dedicados a reducirlos (Nesse, 2009), continúan siendo problemas educativos y sociales de primer orden” (Tarabini, A. 2018).
Referencias bibliográficas
Links