En los últimos años son más los docentes que incluyen las nuevas tecnologías en sus programaciones de aula, intentando con ello ofrecer un proceso de enseñanza aprendizaje innovador y motivador para el alumnado. Con ello, también cumplen el objetivo de que la enseñanza evolucione siguiendo los cambios sociales del momento. La sociedad en la que nos encontramos proporciona que las tecnologías de la información y la comunicación estén al alcance de todos, incluso de los más pequeños. Estos últimos son los más vulnerables al contacto con las nuevas tecnologías, por lo que será necesario que los adultos controlen y guíen el uso de las pantallas por parte de los niños.
Durante el desarrollo de este artículo se intentará responder a preguntas como ¿qué son las nuevas tecnologías?; ¿qué efectos tienen estas sobre el desarrollo de los niños?, así como ¿cuál es el mejor uso que puede hacerse de las nuevas tecnologías?
Palabras clave
Nuevas tecnologías, desarrollo, comunicación, interacción, frustración.
In recent years there have been more teachers who include new technologies in their classroom programming, trying to offer an innovative and motivating teaching process for students. By doing this, they also meet the goal of teaching evolution following the social changes of the moment. The society in which we find ourselves provides information and communication technologies to everyone, even the youngest ones. The latter are the most vulnerable when it comes to contacting new technologies, so it will be necessary for adults to control and guide the use of screens by children.
In this article we will try to answer questions such as what are the new technologies? What effects do technologies have on children's development? What is the best use that can be made of new technologies?
Keywords
New technologies, development, communication, interaction, frustration.
Antes de profundizar en los aspectos planteados anteriormente, es conveniente definir algunos conceptos. Se entiende por tecnologías de la información y la comunicación aquella relación de recursos tecnológicos que permiten el acceso, la gestión, manipulación y la producción de la información, así como el tratamiento y la comunicación de información mediante diferentes códigos, tales como el texto, la imagen o el sonido (Belloch, 2012). A diferencia de esto, el término de nuevas tecnologías destaca por su indicador de temporalidad, por lo que adquiere un determinado sentido en función del momento social en el que nos encontremos.
El surgimiento de las tecnologías de la información y la comunicación se debe al constante cambio que sufre la sociedad. En los últimos años, se han producido grandes transformaciones en los avances científico-tecnológicos, dando lugar a la Era tecnológica en la que nos encontramos actualmente. Estos cambios ofrecen nuevas posibilidades de comunicación y de información con la sociedad, posibilitando además el desarrollo de nuevas habilidades y formas de construir el conocimiento, planteando un desafío para la educación de las nuevas generaciones, donde la escuela y las familias deben intervenir de manera adecuada para garantizar un desarrollo positivo de los nativos tecnológicos (Berríos y Buxarrais, 2005).
Esta cultura digital en la que nos encontramos ha llevado a la formación de un nuevo tipo de sociedad, como se ha mencionado anteriormente, en la que el proceso de socialización se ha visto modificado en gran medida. Los niños desde muy temprana edad se encuentran expuestos a las tecnologías de la información y la comunicación, provocando que estén enormemente expuestos a la información inmediata que estas tecnologías ofrecen y a una interactividad con otras personas, pudiendo comunicarse a golpe de clic. Esto conlleva consecuencias tanto positivas como negativas en el desarrollo de las personas, que más adelante serán tratadas en dicho artículo.
Siguiendo con el cambio social que ha desencadenado la introducción de las tecnologías de la información y la comunicación, pueden señalarse diferencias significativas entre las generaciones anteriores y los nativos digitales. Siguiendo la comparativa que establece Joan Ferrés (cit. Tapia, 2015) antes la estimulación se caracterizaba por ser unisensorial, en la que solo intervenía un sentido; por el contrario, hoy día la estimulación que reciben los niños es multisensorial, estando implicados numerosos sentidos al mismo tiempo. Las generaciones anteriores a las nuevas tecnologías desarrollaban más el pensamiento abstracto; en cambio, en los nativos tecnológicos predomina lo concreto, esto se debe a que las imágenes son físicas e inmediatas y no simbólicas o mentales. Además de ello, este autor señala que en los niños actuales predominan las emociones primarias que no pasan por el intelecto, al contrario que en las generaciones anteriores en las que primaban las emociones relacionadas con los significados.
Siguiendo en esta misma línea, puede señalarse que los nativos digitales también se caracterizan por ser más impacientes, pretendiendo encontrar soluciones inmediatas a cualquier problema o situación que vivencien. De igual manera, este comportamiento no solo repercute en la resolución de problemas, sino que las amistades se ven afectadas por estas características, debido a la falta de empatía y paciencia de los niños actualmente, las cuales se ven incrementadas por el abundante uso de las pantallas (Turkle, 2015).
Un estudio de la Kaiser Family Foundation realizado en 2010 revela que los niños de entre 8 y 10 años pasan un promedio de ocho horas diarias frente a diversos dispositivos electrónicos, aumentando la media en once horas en adolescentes. Parte de esta situación se debe a que en numerosas ocasiones las normas que los padres establecen para la regulación del uso de las nuevas tecnologías son escasas. El causante principal es el desconocimiento por parte de los progenitores sobre las consecuencias negativas que puede tener el mal uso de las pantallas, como puede ser utilizar dichos dispositivos para calmar al niño, para entretenerlo o evitar que moleste (Brody, 2015). De ahí que el objetivo de este artículo sea dar a conocer las consecuencias negativas de un mal uso de las tecnologías de la información y la comunicación, así como mostrar las consecuencias positivas de un uso correcto, con la finalidad de que tanto padres como docentes les den un enfoque adecuado en su uso.
Haciendo referencia a las repercusiones negativas que tienen las tecnologías de la información y la comunicación en el desarrollo y comportamiento de los niños, se destacan las siguientes aquí mostradas.
Es de señalar que antes de la Era tecnológica, los niveles de concentración tenían un mayor desarrollo, a diferencia de la actualidad, en la que nos encontramos a niños con una mente dispersa y con bajos niveles de concentración. Esto repercute en diversos ámbitos como puede ser la lectura, puesto que las generaciones anteriores dedicaban horas a la lectura profunda y reflexiva; en cambio, las nuevas generaciones tienen grandes dificultades para dedicar largos ratos a la lectura, siendo además superficial, buscando la inmediatez de la información. Así mismo, las actividades escolares se ven afectadas también por la falta de concentración; los niños tienen problemas para permanecer sentados para la realización de tareas durante un tiempo considerable, dejando estas sin terminar para buscar otra actividad que les ofrezca una satisfacción inmediata.
Relacionado con ello, académicos del University College de Londres realizaron una investigación sobre esta misma línea, en la que indicaron que la sociedad actual se encuentra sumergida en un cambio radical en la forma de leer y pensar.
Este problema de falta de concentración y de la inmediatez influye considerablemente en los niños, debido a su vulnerabilidad y uso irresponsable de las nuevas tecnologías. Esto se debe en gran medida al uso de los dispositivos tecnológicos, los cuales educan en la ausencia de espera, ofreciendo estímulos de manera inmediata. Esta situación provoca que el cerebro se acostumbre a recibir estímulos sensoriales a una gran velocidad, facilitando la ausencia de concentración; de igual modo, la conducta se ve moldeada por esto mismo, al recibir la estimulación y la información instantáneamente el niño no aprende el valor de la espera, la paciencia y la perseverancia (Carr, 2013).
Todos estos aspectos son causantes de los bajos niveles de regulación de la frustración de los niños. La impaciencia provoca que el niño abandone una actividad en el momento en el que debe dedicar más tiempo por la dificultad de esta, surgiendo la frustración por no obtener éxito inmediato. Además, esta frustración puede repercutir en la autoestima, pudiendo ser negativa por no obtener resultados positivos al instante. Por ello, es esencial transmitir a los niños la importancia del esfuerzo y la perseverancia para conseguir resultados positivos, llegando así a tener una satisfacción más duradera, favoreciendo la construcción de una imagen positiva y equilibrada de ellos mismos.
Otra de las consecuencias de las nuevas tecnologías en el comportamiento de los niños es la falta de empatía. En 2010, el equipo de la psicóloga Sara Konrath de la Universidad de Michigan, reunió los resultados de diferentes estudios realizados durante 30 años, en los que descubrieron que la empatía había disminuido un 40% entre los estudiantes universitarios, siendo su mayor declive a partir del año 2000. Estos estudios revelaron que uno de los principales responsables de este incipiente cambio son las tecnologías (Turkle, 2015).
La presencia de las tecnologías de la información y la comunicación en nuestros entornos provoca no solo que participemos en conversaciones con otras personas a través de una pantalla, por la cual no podemos percibir adecuadamente el comportamiento de la otra persona; sino también que en las conversaciones que se producen de manera presencial, los interlocutores no dedican su tiempo totalmente a dicha acción, sino que al mismo tiempo están participando en conversaciones u otras actividades a través de las pantallas. Esto provoca una falta considerable de escucha, lo que conlleva una menor comprensión y empatía por no prestar atención a la respuesta verbal o gestual del interlocutor que tenemos cara a cara. El mayor problema de esta situación se encuentra en los nativos tecnológicos, ya que esta carencia de empatía supone una barrera para el establecimiento de relaciones de amistad sólidas, provocando además que haya exclusiones de grupo a los niños más vulnerables (Turkle, 2015).
Ligado con esta problemática, se encuentran las dificultades de comunicación por la falta de herramientas sociales para interactuar. Los niños de hoy día presentan problemas para ello, no solo para relacionarse con los demás, como se ha señalado anteriormente, sino también para comunicarse consigo mismo, identificar sus sentimientos y emociones; en definitiva, para la introspección. Actualmente es complicado que esta introspección se lleve a cabo, ya que al estar rodeados de dispositivos tecnológicos no se dedica tiempo para pensar, sino que cada momento libre del día se invierte en el entretenimiento mediante las nuevas tecnologías. Algunos expertos señalan que el contacto reiterado con estas tiene repercusiones negativas en las habilidades cognitivas, dificultando el desarrollo de la reflexión de las personas (Wayne, 2016).
Esta situación implica que las personas actualmente, en especial los niños por ser más vulnerables, no sepan aburrirse. Si no profundizamos en esta cuestión, no parece en sí un problema de grandes dimensiones; pero el aburrimiento realmente proporciona una riqueza enorme en el desarrollo de las personas. Este ofrece oportunidades para reflexionar, para imaginar y para crear, entre otros aspectos; siendo esenciales para el conocimiento de uno mismo, para conocer a los demás y aprender a comunicarse adecuadamente, así como para el desarrollo de la creatividad, contribuyendo a la resolución de conflictos y el desarrollo de la curiosidad.
Por tanto, los niños necesitan disponer de situaciones para imaginar, desarrollar su creatividad, para aprender a gestionar sus emociones, descubrir formas de comunicarse y expresar lo que sienten, así como tiempo de escucha y reflexión. Las pantallas no deben ser un sustituto de la interacción personal y las familias deben contribuir en esta tarea (Brody, 2015).
Una vez expuesta la situación social actual en relación al uso de las tecnologías de la información y la comunicación, así como las consecuencias negativas que estas tienen en sus usuarios, en especial en el desarrollo de los niños; se procederá a mostrar los aspectos positivos de las mismas.
Estas tecnologías ofrecen nuevas posibilidades de comunicación, habilidades y diferentes formas de construcción del conocimiento. Es por ello que los diferentes agentes socializadores y educadores deben adaptarse a estos cambios para potenciar un desarrollo adecuado de los niños, tal y como se ha mencionado anteriormente en dicho artículo.
En relación a las características de las nuevas tecnologías que se encuentran inmersas en nuestro entorno, se destaca la interactividad. Mediante el uso de estos dispositivos, las personas pueden interactuar con otras personas o medios de manera instantánea; ya que ofrecen nuevas posibilidades de comunicación e interacción que antes eran impensables. Hoy día podemos estar en contacto con cualquier persona, independientemente del lugar en el que se encuentren cada uno de los interlocutores. Esto conlleva cambios en las formas de socialización. Además, el uso cotidiano de las tecnologías de la información y la comunicación conlleva que sean utilizadas también como medio de trabajo, diversión o aprendizaje, dentro de su entorno social y educativo (Berríos y Buxarrais, 2005).
Referido a las relaciones sociales y la influencia de las nuevas tecnologías, puede decirse que los nativos digitales recurren a los dispositivos tecnológicos principalmente para establecer contactos sociales. Estas tecnologías se han convertido en los nuevos contextos de relaciones sociales y de interacción personal, sobre todo en los adolescentes. Es de señalar que estas nuevas tecnologías ofrecen oportunidades de colaboración y participación, contribuyendo así al aprendizaje cooperativo. Así mismo, un estudio realizado por Gil (2003, cit. Berríos y Buxarrais, 2005) concluyó que las tecnologías de la información y la comunicación favorecen la mejora de la convivencia y el trabajo en equipo en la etapa de la adolescencia.
Otra de las ventajas que presentan es el sencillo y rápido acceso a una gran cantidad de información, satisfaciendo así la curiosidad y las necesidades culturales e informativas. Este fácil acceso a bancos de información contribuye a que esta se encuentre al alcance de todos.
Respecto al entorno familiar, puede destacarse que la presencia de ciertos aparatos tecnológicos como pueden ser los teléfonos móviles, proporcionan tranquilidad en los padres cuando sus hijos se encuentran solos en casa o fuera de ella; esto se debe a que la presencia de dicho dispositivo contribuye a que el niño puede estar en contacto rápidamente con sus padres en caso de necesidad o de cualquier posible peligro.
Así mismo, la presencia de las tecnologías de la información y la comunicación en el hogar, pueden favorecer una mayor gestión y organización de las actividades familiares; ya que entre todos los componentes de la familia pueden establecer los tiempos que deben dedicarse a cada actividad. De esta forma, los niños aprenden el valor y la importancia que tiene cada actividad en función del tiempo estimado para ella.
Siguiendo con las ventajas en el ámbito educativo, se destaca que ofrecen posibilidades de innovación en las aulas, implicando la elaboración de nuevos procesos de enseñanza-aprendizaje. Es de señalar que para hacer un buen uso de las nuevas tecnologías en las programaciones de aula, los docentes deberán estar en continua formación, ya que para la inclusión de estos medios tecnológicos en el ámbito educativo es necesario que previamente se lleve a cabo un análisis y evaluación de los recursos tecnológicos y su uso educativo; de esta manera se podrán integrar correctamente para el logro de aprendizajes. Del mismo modo, la presencia de las tecnologías de la información y la comunicación en las aulas contribuirá al diseño de recursos y materiales para favorecer el aprendizaje, planificación y elaboración de métodos de evaluación del alumnado, entre otros aspectos, tal y como indica Belloch.
Continuando con el ámbito educativo, pueden señalarse otras ventajas como es la independencia del tiempo y el espacio para el aprendizaje, lo que favorece que los alumnos puedan adquirir conocimientos en cualquier momento y lugar; también contribuye a que todos los alumnos tengan acceso a la educación, así como a recursos y servicios educativos que se encuentran en constante crecimiento. La utilización de las nuevas tecnologías facilitará a los equipos docentes a elegir los estilos de enseñanza que mejor se adapten a las características y necesidades de sus alumnos, ofreciendo un aprendizaje basado en los intereses de los discentes. Es de señalar que la presentación de contenidos por medio de dispositivos tecnológicos potencia la motivación y atención del alumnado sobre dichos contenidos, debido a las características que presentan las nuevas tecnologías. Así mismo, se destaca que otra de las ventajas de la presencia de estos medios en las aulas es que favorecen que los maestros puedan realizar un seguimiento y registro individual del proceso educativo de cada alumno, contribuyendo además a la autoevaluación por parte del propio alumno (Chacón, 2007).
Una vez conocidas tanto las repercusiones negativas que tienen las tecnologías de la información y la comunicación en el desarrollo y comportamiento del alumnado, así como las ventajas de su inclusión en las aulas, se ofrecerán una serie de orientaciones tanto metodológicas como estratégicas para un adecuado uso de las nuevas tecnologías. Para ello, las orientaciones se realizarán tanto a nivel familiar como a nivel escolar.
Por un lado, respecto al ámbito familiar, es esencial que los padres sean conscientes de la realidad social en relación a las nuevas tecnologías y la influencia del uso de estas en el desarrollo de los niños para poder actuar adecuadamente. Primeramente, debido a la vulnerabilidad de los niños, no se recomienda que estén en contacto con las nuevas tecnologías durante sus primeros años de vida, ya que los niños en este periodo no tienen la capacidad de diferenciar entre lo que es real de lo que no, pudiendo además afectar de manera negativa en su desarrollo cognitivo.
Pasados los primeros años, los niños pueden hacer un uso moderado de las tecnologías de la información y la comunicación. Para ello, se recomienda que los padres establezcan una serie de normas para proteger a sus hijos de un uso perjudicial; entre dichas normas se recomienda el establecimiento de un horario que delimite el uso de dispositivos móviles en proporción a la edad del menor, procurar que este uso se produzca en espacios comunes de la casa, evitando que dispongan de dispositivos electrónicos en sus dormitorio, entre otros aspectos. Todo ello, deberá establecerse mediante el diálogo con los hijos.
Pero, el establecimiento de estas normas sería incoherente si los padres hicieran un uso excesivo de las nuevas tecnologías; por ello será imprescindible que los progenitores sean modelos a seguir para sus hijos, por lo que estos deberán hacer un uso moderado.
Siguiendo con el ámbito familiar, puede señalarse que es imprescindible que la finalidad de la utilización de las nuevas tecnologías en las edades tempranas sea lúdica y didáctica; por lo que los padres deberán evitar ofrecer las pantallas a los niños para que estos no molesten, no se aburran o no surjan rabietas. De esta manera se evitarán consecuencias negativas como las expuestas anteriormente. Así mismo, se señala la necesidad de una supervisión constante del niño cuando este haga uso de dichos dispositivos, evitando que sea este el que tome el control de las decisiones sobre qué información consumir.
En relación a niños de mayor edad y adolescentes, se destaca que también es necesario que desde el ámbito familiar existan una serie de restricciones tanto del tiempo como de los motivos de su uso. Conforme los niños crecen, el uso de las tecnologías de la información y la comunicación ya no es simplemente para recibir estimulación sensorial, sino que reciben información, la comparten y se comunican con otras personas. Por ello, las familias deben educar a sus hijos desde pequeños a hacer un buen uso de ellas. Además, podrán apoyarse en aplicaciones que gestionan el tiempo dedicado al uso de los dispositivos móviles, para un mayor control de sus hijos; pudiendo además poner filtros para que solo accedan a determinados contenidos e información.
Por otro lado, en lo que se refiere al nivel escolar, puede señalarse que este debe tener en cuenta una serie de estrategias metodológicas para hacer un buen uso de las tecnologías en las aulas, evitando así que estas tomen el control y que los alumnos puedan ser agentes activos de su propio aprendizaje.
Entre las orientaciones didácticas se señala que para que las tecnologías de la información y la comunicación favorezcan la adquisición de aprendizajes significativos, deberán estar relacionadas con los intereses de los alumnos; así mismo, su uso deberá ser programado teniendo en cuenta los objetivos, contenidos y criterios de evaluación establecidos en el currículo para cada etapa educativa. Así mismo, debido a la motivación de los niños por el uso de dispositivos tecnológicos, se señala que estos podrán ser utilizados para la presentación de contenidos nuevos, así como para actividades de refuerzo o ampliación de contenidos.
Entre las metodologías a trabajar a nivel de aula, en primer lugar puede destacarse el aprendizaje basado en tareas. Este consiste en el planteamiento de problemas cotidianos para que los alumnos lo resuelvan correctamente a través de las nuevas tecnologías; estas tareas serán progresivas en sus niveles de dificultad. Dicha metodología proporciona oportunidades de colaboración entre iguales, ayuda a la reflexión y toma de decisiones; contribuye al aprendizaje significativo, ya que no se basa en la memorización y contribuye a que el alumno sea un agente activo de su aprendizaje.
Otra metodología a destacar relacionada con el uso de las nuevas tecnologías son los proyectos telecolaborativos, a través de los cuales los alumnos podrán trabajar a distancia, como puede ser mediante la búsqueda de información o investigación colaborativa, con proyectos de resolución paralela de problemas o mediante la creación colectiva colaborativa.
Una herramienta muy utilizada en el ámbito educativo son las WebQuest, las cuales están basadas en la búsqueda, recopilación y reelaboración de información. Esta herramienta ofrece una serie de pistas y orientaciones para el desarrollo de tareas cognitivas específicas. En definitiva, las WebQuest son actividades de investigación en la que la mayoría de la información que obtienen los alumnos proviene de Internet. Mediante las Webquest se puede ofrecer al alumnado actividades de evaluación para repasar los conocimientos aprendidos, así como actividades de inicio de unidades didácticas, para presentar los contenidos que se tratarán en dicha unidad. Diversos autores consideran que las WebQuest son una metodología muy eficaz para introducir el uso de las tecnologías de la información y la comunicación como herramienta educativa, ya que ofrecen motivación, contribuyen al desarrollo cognitivo, así como al aprendizaje cooperativo.
Relacionado con las WebQuest se encuentra la caza del tesoro, la cual se basa en la búsqueda de información por parte del alumnado, pero de manera más sencilla que en las anteriormente mencionadas. Los alumnos irán adquiriendo información para finalmente poder responder a la “gran pregunta”. La caza del tesoro es una estrategia muy útil para que los alumnos adquieran información sobre un tema determinado haciendo uso de las tecnologías de la información y la comunicación.
Conclusiones
Para finalizar con este artículo, de todo lo expuesto anteriormente puede concluirse que las tecnologías de la información y la comunicación no son negativas o positivas para el desarrollo del niño, sino que el carácter de su influencia estará determinado por el uso que se haga de dichas tecnologías. Por ello, para contribuir a un adecuado desarrollo cognitivo y social de los niños, tanto la escuela como las familias deberán educar a los niños para un uso positivo de las tecnologías de la información y la comunicación.
También es de matizar que tras la información recogida sobre diferentes estudios, se recomienda que los niños menores de dos años no estén expuestos a ningún tipo de medio electrónico, debido a que el cerebro sufre un gran desarrollo en este momento y son muy vulnerables. Una vez pasada esta crítica etapa se podrá hacer uso moderado de dichos dispositivos, estando supervisado por los padres y educadores. Además, tanto las familias como los docentes deberán procurar que las nuevas tecnologías no sean un sustituto del contacto y comunicación con las personas o de actividades lúdicas, así como de la búsqueda de información; sino que estas sean un medio más para ello.
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