Nadie cuestiona que Pablo Ruiz Picasso fuera una persona creativa después de dedicarle toda su vida al arte, creando corrientes que revolucionaron las artes plásticas del siglo XX, destacando con el cubismo.
Muchas veces asociamos la creatividad a las artes, pero ya Picasso, concebía al artista como un receptáculo de emociones y un vehículo de transformación de esas emociones vívidas en obras de arte tangibles (Picasso, 1988).
Otros estudios indican que además de las emociones, entra en juego la motivación, ya que es la que nos permitirá prestar más atención a los distintos elementos que intervienen en el proceso creativo, facilitando una mayor elaboración de ideas creativas.
Además, creemos que no somos creativos, pero ya Iglesias (1999) hablaba de las ideas erróneas sobre la creatividad: 1) La creatividad es innata, no se puede enseñar. Por el contrario, es una habilidad que podemos cultivar y desarrollar. 2) Confusión entre creatividad y genialidad. En realidad nadie necesita de un alto nivel de inteligencia para ser creativo, solo es necesario tener una buena habilidad a la hora de pensar. 3) Para ser creativo hay que ser totalmente original. Pero la originalidad no surge instantáneamente, surge de un proceso de modificación en nuestro trabajo.
Así, aprendiendo a gestionar nuestras emociones y desarrollando y trabajando distintas habilidades como la motivación, atención, razonamiento en nuestros pensamientos…podremos llegar a ser personas más creativas.
Pero ¿todas nuestras ideas son creativas?
Para que nuestras ideas sean creativas tienen que cumplir dos características: ser originales y apropiadas (Plucker, Beghetto y Dow, 2004), esto significa que han de resultar novedosas y han de tener utilidad en el ámbito al que está destinada.
Para los que no somos entendidos en arte, nos puede resultar desorbitado el valor que se le da a una obra de arte, pero para un artista que posee más competencias artísticas, tanto a nivel de conocimientos, como de habilidades, le puede resultar una buena valoración.
Pero para entender la importancia de la creatividad en nuestro ambiente de trabajo, tenemos que conocer que existen cuatro formas de ser creativos.
Podemos tener momentos creativos, cuando realizamos algo que es original para uno mismo; podemos tener creatividad cotidiana, cuando hacemos algo original en nuestro día a día y compartimos con nuestros allegados. Por otro lado, estaría la creatividad a nivel profesional, en la que intervienen más habilidades y conocimientos. Y por último estaría la creatividad eminente, que se da cuando una persona llega a destacar y se convierte en una eminencia en un ámbito laboral.
De estas cuatro formas para poder llegar a ser creativos en nuestro trabajo, podemos empezar experimentando con el creativo cotidiano, utilizando, al igual que Picasso, el arte. Éste nos permitirá que nuestras ideas fluyan y poder trabajar con ellas, sin olvidarnos que para que nuestras ideas sean creativas tienen que ser originales y apropiadas al ambiente al que las queramos dirigir.
En este sentido, para ser creativos a nivel profesional, tenemos que convertir la creatividad en innovación, ayudándonos a resolver problemas en este mundo tan competitivo, como indica William Coyne, “La creatividad es pensar en ideas nuevas y apropiadas, mientras que la innovación es la aplicación con éxito de las ideas dentro de una organización. En otras palabras, la creatividad es el concepto y la innovación es el proceso “.
Con todo ello podemos concluir que todos tenemos capacidades para adquirir y trabajar más competencias, a base de conocimientos y habilidades, llegando a ser más creativos y competentes en nuestro ámbito laboral.
Al igual que Picasso con el cubismo que cambiaron la perspectiva tradicional renacentista de principios del siglo XX, tomando una perspectiva múltiple donde se representaban todas las partes de un objeto en un mismo plano; nosotros para competir en el mercado laboral podemos cambiar la perspectiva en la resolución de problemas para aportar una visión más novedosa. Como hizo Picasso, al enfrentarnos a un reto no debemos conformarnos con la solución más evidente, debemos ir más allá y buscar la solución más creativa con lo que conseguiremos alcanzar resultados más eficientes.
BIBLIOGRAFÍA: